Que pasa en Boca? Por Ricardo Kearne
La opinión del hincha |
Definitivamente no entiendo lo que pasa y no lo puedo creer. Diera la impresión de que podemos echar a Falcioni y traer de DT a Mourinho, y como refuerzos a Messi, Kaká y Xabi Alonso y esto va a seguir igual o peor.
¿Donde quedó el arquero del Banfield campeón (Luchetti), seguro y confiable, que solo recibió 11 goles en 19 partidos? ¿Donde está aquel líbero exquisito que supo brillar en Argentinos Juniors (Caruzzo)? ¿Donde está el firme defensor central del Estudiantes campeón de la Libertadores, que tenía limpio quite y gol (Cellay)? ¿A donde quedó ese marcador de punta rápido y de buena pegada que supo ganar 2 Libertadores en el club (Clemente)?¿Alguien sabe del rendidor capitán del Vélez apabullante del año pasado (Somoza)?¿Y el talentoso mediocampista versátil que la rompió en Banfield, Casla y Monterrey (Erviti)? Así podemos seguir con la lista de jugadores que, ya consagrados, no rindieron ni rinden en Boca. Y esto es demasiado difícil de explicar para mí. Quizás el caso que más me sorprendió fue el de Federico Insúa hace un año, o Gary Medel, mundialista de corta pero importante trayectoria.
Desde Chile, Borghi habla de pánico escénico (fue una forma grandilocuente de decir que les pesa la camiseta). Más cerca, mucho más cerca, Falcioni intenta vender un falso "equilibrio" (perdemos aquí; perdemos allá) y mandar su mensaje a los jugadores (quienes, no queda muy claro si no lo entienden o no quieren entenderolo). Desde la dirigencia, llueven los gritos y las trompadas. Desde el gimnasio circulan los rumores acerca de un otrora brillante futbolista en actual ocaso. Y Boca juega el fin de semana. Y juega mal, muy mal. Y pierde. Otra vez, Boca pierde.
Jugadores en un nivel impropio de una primera división; escasa actitud; nada de rebeldía; Palermo batalla sólo en el área rival a la búsqueda de una asistencia que nunca llegará, baja a buscarla a la media cancha, una zona que, se sabe, no es su fuerte. Mouche corre y corre sin sentido; Somoza parece un marcador central con 2 partidos en primera, dejándose anticipar casi siempre; Chávez, que nunca fue un dotado con la pelota en los pies, lo vuelve a demostrar; Erviti espera en silencio a que el técnico que juró que lo llevaría a la guerra, se decida a ponerlo 20 minutos y con el marcador en contra; la defensa es dubitativa y no transmite seguridad; no hay toque y la pelota se la pasa recorriendo el cielo oscuro de otra noche apocalíptica para el mundo Boca; y Boca pierde.
Las declaraciones para salir del paso son siempre iguales: el partido fue malo para ambos, faltó suerte, no nos cobraron un claro penal, y varios etcéteras sin sentido. Pero la verdad es que Boca juega mal, pierde bien, y el sueño, otra vez, se derrumba.
En esta guerra entre técnico, médicos, plantel y dirigencia, otra vez, una vez más, Boca pierde.
Pobre Boca...
Ricardo Kearne
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