No hay peor ciego que el que no quiere ver
Por Ezequiel Jenik |
Boca jugó mal, muy mal, y cayó 2 a 0 ante Lanús en el sur. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Boca tanto ante Estudiantes como ante Colón careció de profundidad y sin embargo Falcioni repitió sistema y jugadores (salvo Monzón). Yo me pregunto: ¿el técnico de Boca esta a la altura del equipo mas grande de la Argentina? Es verdad que Lanús no hizo mas que Boca y que hasta el gol de Valeri lo más justo hubiera sido un empate. Tan verdad es eso como que Boca no se le cayó una idea en todo el partido. Este Boca es exclusivamente dependiente de Riquelme y en un partido como hoy, donde jugó mal, el equipo no tiene alternativas para crear juego. Fue muy difícil ver a Boca dar mas de dos pases seguidos y una de las causas de esto es la mala elección de los jugadores para las posiciones. A saber: Clemente marca diferencias en campo vacío, de esta manera, aprovecha su velocidad y potencia física pero es malo en el manejo de la pelota. Así es que en el primer tiempo Clemente aprovecho las espaldas de Valeri que no llegaba a retroceder y lastimó al Granate. Sin embargo, en el segundo tiempo, Balbi decididamente se adelantó unos metros para que Clemente no tenga ese espacio vacío y no pueda aprovechas su velocidad. Al tener más cerca a su marca se evidenció el mal manejo de pelota que tiene Clemente y no le ganó nunca el duelo a Balbi. Por esto es que se debe colocar a un jugador con características más ofensivas por las bandas para quebrar el bloqueo que el rival propone. Monzón, por otro lado, estuvo muy impreciso y provocó grandes desajustes en defensa (gol de Valeri) al retroceder tarde. A diferencia de Clemente, Monzón, si es capaz de sacarse a un rival de encima pero hoy observamos a un Monzón timorato, sin determinación, muy tibio.
Sigamos con el doble enganche. Tanto Riquelme como Chávez no se destacan por el cambio de ritmo. Así, el equipo Xeneize no tiene cambio de ritmo de mitad de cancha hacia adelante si consideramos también la presencia de Palermo. Entonces, si tomamos en cuenta que debido a las razones antes enumeradas Boca no es profundo por las bandas y tampoco tiene cambio de ritmo de mitad de cancha para adelante, nos encontramos ante un equipo con una casi nula creación de juego y de oportunidades de gol. Si observamos a otros equipos que utilizan el sistema táctico de Boca identificamos a Lamela y Buonanotte en River, o a Enzo Pérez y Barrientos en Estudiantes que tienen cambio de ritmo y entonces marcan una diferencia en los últimos metros. Con esto quiero decir que si Falcioni decide priorizar la estructura defensiva y coloca a Clemente y Monzón, no puede poner a dos jugadores que no cambien el ritmo. Con esto no digo que Riquelme no tiene que jugar, por favor, sino que el equipo está mal armado. Luchetti no da garantías en el arco, mucha inseguridad en las pelotas aéreas (gol anulado a Díaz) así como tampoco Insaurralde, que calculó mal ante Hoyos en el segundo gol granate. ¿Cuántas oportunidades se le van a dar a un tipo que demostró que no da la talla del club más grande de la Argentina? Falcioni no potencia a los jugadores sino que provoca lo contrario. Creo que la alta imprecisión que hoy se vio es debido a la frustración que genera la falta de fluidez de juego y, mucha culpa de esto tiene Falcioni al equivocarse con los nombres y el sistema.
Punto aparte para tema Palermo. No tiene toda la culpa de esta sequía. Ante la falta de profundidad es imposible que Boca llegue al fondo y mande un centro para que el Titán lo aproveche. Entonces queridísimo Falcioni: si usted prioriza (perdón por ser reiterativo) la estructura defensiva y entonces no es profundo por qué juega Palermo? Que sentido tiene desperdiciar gran parte del partido en vez de poner a Viatri como titular. Palermo está en un bajísimo nivel pero la forma de jugar del equipo no ayuda para nada.
Falcioni demuestre que es un buen técnico y dese cuenta que le está pifiando feo porque, si seguimos de esta manera, la única forma de ganar un partido va a ser que Román este inspirado, y esa mediocridad que usted presenta no va con Boca.
Por Ezequiel Jenik
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