La opinión del hincha. Por Hugo Reyna
Falsoni, el emperador del pánico |
FALSONI...EL EMPERADOR DEL PÁNICO
FALSONI vive y actúa de la misma forma como él quiere que jueguen sus equipos. Temeroso hasta la paranoia, siempre a la defensiva, agazapado tratando de atacar de contra cuando puede hacerlo, y con una inocultable inclinación a urdir colisiones, forzando situaciones, que luego sirvan para justificar sus actitudes. Por eso en la esperada conferencia de prensa actuó de igual modo, fue mezquino en sus respuestas y opiniones, tanto como lo es en sus planteos futbolísticos. Nadie puede decir si Boca hubiera salido campeón, o no, con otro técnico, pero si de algo estoy seguro es que Falsoni jamás debió ser el DT de Boca, en mi modesta y sincera opinión. Y todos lo que me conocen saben que siempre opiné así.
HAGAMOS MEMORIA:
Falsoni llegó a Boca con la chapa de campeón (con Banfield) y con la espalda de todo aquel al que lo van a buscar. Entró pisando fuerte y con discursos demagogos y mentirosos, tratando de enamorar a la hinchada y a esos dirigentes que lo rechazaban. Entre sus dichos podemos recordar algunos como: “el que tiene a Riquelme, juega con ventaja” … ”hay que formar un equipo donde él pueda rendir al máximo” … “es nuestro jugador emblema” … “No es cierto que yo juegue solamente con el 4-4-2, yo se jugar con todos los sistemas”…“el sistema se elige de acuerdo al plantel que se tiene”… “sería maravilloso que Riquelme y Erviti, jueguen juntos”…”la sola presencia de Riquelme en la cancha es un problema para los rivales” … y bla...bla...bla.., verso, más verso, más verso.
Pero luego las cosas fueron quedando cada vez más en evidencia y bastó un solo partido para que lo sacara del equipo. Después de aquel partido con Racing, que se ganó jugando horrible y con mucha suerte (pareció el partido Argentina-Brasil del mundial del 90), Riquelme ya estaba en condiciones de volver contra All Boys, sin embargo ya se rumoreaba que Falsoni no lo quería y para sacarlo forzó una situación. Durante esa semana Riquelme hizo fútbol para los suplentes y la rompió, luego lo pasaron para los titulares con igual resultado (le salió el tiro por la culata al DT), entonces sorpresivamente, al día siguiente ya no lo dejaron hacer fútbol y lo mandaron a trotar durante dos horas alrededor de la cancha, mientras sus compañeros jugaban, porque si Román volvía a hacer fútbol, ya no habría excusas para sacarlo. Después, mientras el equipo jugaba con All Boys, lo obligaron durante el fin de semana, a un entrenamiento sólo comparable con el de los marines de los EEUU, buscando sin duda, que se resienta de alguna de sus dolencias. Y parece que lo lograron, apareció ese líquido en la rodilla y se agarraron de eso. Ese líquido en la rodilla de Román (problema sencillo que se soluciona con una infiltración, lesión provocada adrede por la brutalidad del PF, le vino como anillo al dedo a Falsoni, que ya se encontraba en serios aprietos para justificar la salida de Riquelme, porque ni siquiera podía argumentar una sola causa sólida. Nunca se escucharon tantas contradicciones e incoherencias. Habló de lo futbolístico, del funcionamiento, del equilibrio, de la condición física, etc, etc ... se contradijo muchas veces y tiró mil excusas distintas y a esto se le sumaban los chimentos periodísticos que siempre aportan basura. Lo cierto y concreto es que cuando Falsoni llegó a Boca, ya venía predispuesto con Román, aún sin conocerlo ni haberlo tenido nunca como dirigido. Lo detesta por lo que representa, un fútbol que a Falsoni no le gusta y que no practica y un jugador por el que iba a tener que modificar su “libretito”.
Es como dijo Daniel Lagares en su nota en Clarín (25/02/11): “A Falcioni y Riquelme los separa el juego”… En vez de ganarlo para su “causa”, lo aparta. Prescinde del mejor jugador. Metió el zorro en el gallinero. Falcioni cree que da una muestra de autoridad borrando al 10, pero en realidad revela algo más profundo. Aunque haya dicho que “sería maravilloso ver juntos a Román y a Erviti”, él piensa el fútbol muy distinto a Riquelme. Si Riquelme juega, le marca su estilo al equipo y por eso lo saca de la cancha. No es el divismo de Román lo que le molesta sino lo que juega. Y eso es lo grave … Que Boca tenga a un DT al que parece que no le gusta el fútbol.
LA HISTORIA SE REPITE :
Un año después Falsoni renovó su contrato, con la chapa de campeón (ahora con Boca) y con la espalda de aquel al que le renuevan el contrato, pero nada menos que Angelici, el que se había opuesto a su contratación. Después de una tremenda pretemporada, vinieron los partidos de verano (horribles también), pero luego llegaron los dos triunfos contra River y eso le sirvió a Falsoni como un respiro en medio de las críticas por el juego de Boca. Luego vino Santamarina y las críticas arreciaban, e incluso la prensa devaluaba el campeonato apertura, como una forma indirecta de desvalorizar el triunfo de Boca, pese a los doce puntos de ventaja. Ante tanta crítica Falsoni empezó a sentir la necesidad de forzar una situación (como es su costumbre, de siempre), creyó necesario tirarles la pelota a los jugadores, hablando en criollo: “sacarse el lazo de encima”. Para ello debía generar una situación enojosa en el vestuario y del resto se ocuparía la prensa. Él sabía que enseguida le saltarían a Román a la yugular, sin detenerse a averiguar si fue el culpable o no, total ya le han hecho la fama y dirían que está peleado con Falsoni, que los jugadores juegan mal a propósito porque Román se los ordena, que no le hacen caso al DT, que con ese clima no se puede trabajar, etc, etc, etc. Y como por arte de magia el entrenador pasaría de villano a víctima, en lo que dura un suspiro. Falsoni sabe perfectamente que Román da indicaciones dentro de la cancha, lo cual es muy lógico y normal, e incluso con la anuencia de Falsoni. Ocurre que Riquelme, además de ser el capitán es el conductor del equipo, el organizador del juego y eso no es desobedecer las órdenes del DT, sino ayudar a que los compañeros puedan cumplir de la mejor manera la función que el DT les ha indicado. Román no le va a decir a Cvitanich que juegue de 3, ni lo va a mandar a Mouche a jugar de arquero. Pasa que los técnicos planean un partido como se lo imaginan, en incluso lo dibujan en el pizarrón, pero luego ocurre que casi nunca los partidos salen como lo han planeado, ya sea porque los rivales se paran de otra forma, o los puntos flacos son distintos a los imaginados y hay que atacar por otro lado, o porque se empieza a hacer agua por algún sector donde quedamos mal parados, etc. Es por eso que los jugadores deben improvisar y darse indicaciones dentro de la cancha, de lo contrario serían jugadores de metegol. En todos los equipos ocurre y así lo afirmaban “el Patrón Bermúdez” y “el Mago Capria”, en el programa “Hablemos de fútbol” de Espn. A esto Falsoni siempre lo aceptó, pero parece que ahora le molesta y fue la causa elegida para elaborar su plan de enfrentamiento.
Ante el desastroso partido en Venezuela, no estaba dispuesto a comerse las críticas él solo y era necesario actuar y forzar la situación. Es mentira que los exabruptos de Falsoni fueron producto de una reacción en caliente al terminar el partido, porque la discusión comenzó unos 50 minutos después y mientras tanto el DT estuvo con sus ayudantes conversando el tema: la cuestión era apuntarle a Riquelme usándolo a Cvitanich como arma, mientras sus ayudantes se ocupaban de hablar con la prensa y adelantarles lo que iba a ocurrir, descontando una discusión con Riquelme, porque era lógico suponer que Román tenía que intervenir al sentirse agredido y por ser el capitán, que debe hablar por el plantel y defender a sus compañeros. Pero nuevamente le salió el tiro por la culata, jamás se imaginó Falsoni la intervención de Erviti haciéndose cargo del problema y la reacción del resto del plantel, sobre todo del flaco Schiavi increpándolo duramente al “emperador”. Luego vendrían los pedidos de disculpas por los supuestos “malos entendidos” y toda la farsa acostumbrada para estos casos, pero no obstante, mal que nos pese, el objetivo de Falsoni está cumplido. El tema ya quedó instalado y de ahora en más, cualquier problema que ocurra en Boca será por culpa de Román. Si a Boca no le va bien este semestre, o si el DT renuncia, será por culpa de lo que pasó, y por ende, será culpa de Riquelme.
Las hipótesis de conflictos de este miedoso paranoico consuetudinario le están haciendo mucho daño a Boca, porque aparte de todo este lío (generado por él), el equipo debe jugar de acuerdo a la personalidad del técnico.
Por Hugo Reyna
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