Dije que hasta el 4 era tiempo de apoyar; el 5 de festejos o de duelos y a partir del 6 empezaba el balance. Hoy es 6. Si hacemos un balance rápido podemos decir que el saldo es positivo: Se ganó el apertura; se peleó hasta la última fecha el clausura; Boca fue, sin dudas, el mejor equipo de la temporada y se llegó a la final de la Copa Libertadores, cuando, después del partido con Zamora en Venezuela, muchos pensábamos que ese sueño era de vuelo corto.
Con tiempo habrá que hacer un estudio detallado. El problema es la memoria; los cómo, los por qué. Empecemos por la base de la pirámide, los hinchas. Cumplieron con creces su tarea: alentaron, acompañaron, llenaron canchas aquí y en el exterior y nunca, ni en los peores momentos hicieron del reproche una bandera.
Subiendo en la pirámide están los socios (que, por supuesto, también somos hinchas). ¿Somos conscientes de que votamos a un hincha de Huracán? ¿Somos conscientes de que votamos influidos por los vaivenes de la política nacional? ¿Somos conscientes que votamos a una supuesta renovación que estaba formada por muchos de los que son responsables de la debacle y desmanejo que sufrió Boca en los últimos años? ¿Somos conscientes de que votamos a un fantasma (no el de la B) que, supuestamente, era el que iba a manejar Boca desde afuera de la Comisión Directiva como si esto fuera bueno? ¿No votamos entusiasmados con renovar el pasaporte sin pensar primero en lo institucional como base de cualquier otro proyecto temporal?
Sé que la otra opción distaba mucho de ser fantástica; pero Angelici (hincha de Huracán), Crespi (impresentable, incapaz, me da cierta vergüenza que ese tipo nos represente), Moscariello (¿?). Lo peor es que la mayoría de esos votos fueron para alguien que no figuraba en la lista y, en mi opinión estrictamente personal, no figura en ningún lado.
Continuará….
Por Ricardo Balsamo @RICARDODELABOCA
