SI bien para muchos la vuelta de Carlos Bianchi a Boca genera mil sentimientos de emoción, alegría y de mucha ilusión por volver a ver un equipo arrollador como los que el “Virrey” paraba en la cancha, para otros, en realidad muy pocos no es de su mayor agrado. Si bien el presidente del club hizo lo correcto en no renovarle a Julio Falcioni su contrato, aunque según su palabra hizo lo que la voz de Boca le expreso, no tenia otra salida si quería mantener en pie su puesto como presidente del club o por lo menos mejorar su imagen un poco tras la mediocre era Falcioni, aunque no haya sido el quien lo trajo, fue Jorge Amor Ameal, su antecesor, habría que sumarle la triste salida de Riquelme del club, las gravísimas equivocaciones en las contrataciones de jugadores y demás. No tenía otra salida, o era Bianchi o Bianchi, pare de contar amigo, un claro ejemplo como lo sucedido con Pasarella-Ramón Díaz. ¿Pero que consecuencias hay o habrá tras la decisión y/o necesidad de Angelici de buscar a Bianchi para volver a dirigir?
En mi opinión personal, me he declarado enfermo seguidor de Bianchi, por su integralidad como entrenador y persona, pero me queda la inquietud, si este en verdad era el mejor momento para volver a Boca, siendo que el virrey pediría como una prioridad la vuelta de Riquelme al club, y de alguna manera Angelici-Macri no verían con los mejores ojos esta situación. Bianchi pesa en el club, mas que la dupla política maléfica de Angelici y de Mauricio Macri por lo menos para la gente. En el futbol siempre hay intereses económicos detrás de jugadores, directivos y técnicos, por lo que Bianchi es un tipo de códigos y los sabe respetar. Se habla de haber pedido a Gago como refuerzo, a eso habrá que sumar el pedido de volver a abrirle las puertas “políticas” a Riquelme en Boca, cosa que me parece una tontería, algo que se suele hacer en otros clubes, pero en Boca es impresentable que le cierren las puertas al máximo ídolo del club, una vergüenza.
Mas allá de la alegría de la posible vuelta de Bianchi, espero que no haya una persecución para el ni para su cuerpo técnico, ni mucho menos para los jugadores que el considere como prioridad para el plantel 2013; Bianchi en el banco, Riquelme en la cancha, con la “10” en la espalda y la cinta de capitán, y un Boca protagonista y jugando un futbol con identidad, eso sueña el hincha de Boca, aquel que ama el club.
Por Jorge Marchena. Empresario. Eventual columnista deportivo. Cartagena - Miami