El Cholo, ayer y hoy. Alberto Félix Fernández
La opinión del hincha |
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En estos momentos difíciles de Boca, es bueno volver para atrás y recordar algunas cosas que alimentan el alma y la pasión. El otro día se nos fue físicamente el Tano Roma. Integrante de un plantel de jugadores que siempre tendrán mi admiración. Estaban identificados con nosotros desde el temperamento hasta lo afectivo.
Hará unos 3 años, en Casa Amarilla, El Cholo Simeone recordaba un episodio vivido por él y que es bueno depositarlo en el presente. Por la riqueza de la anécdota, pero más porque retrató con certeza lo que representaban El Cholo y sus compañeros de entonces, amanecer de la década del 60.
Boca enfrentó a Newell´s en el Parque de la Independencia, en Rosario. Había debutado en el cuadro rosarino un wing izquierdo que contra Independiente bailó a Ferreiro, Navarro y Cía. Muchachos que acostumbraban a "excederse en la marca". O pegar, sin tanta vuelta. Pregúntenle al Bambino Veira que le pasó con ellos en 1963. Lo cierto es que José Silvero, según contaba El Cholo, empezó a decirle tené cuidado con el 11. Te veo mal para esta tarde. Creo que también te va hacer limpiar el piso con los pantaloncitos.
Boca entró a la cancha. En seguida lo hizo Newell´s. El Cholo buscó con la vista la camiseta número 11 del adversario y vio que hacía de todo con la pelota, en el calentamiento previo.
Antes de que el árbitro diera comienzo al partido, le dijo a su compañero: "José, éste hoy no la toca. Quedate tranquilo". En la primera pelota que agarró el 11 de Newell´s, El Cholo lo trabó y sacó al lateral al wing rojinegro y la pelota. El árbitro llegó a toda velocidad y le dijo al rosarino: "Levántese que el 4 tocó la pelota y le ganó limpiamente". Era verdad. No le había pegado una patada. Solo fue con la fuerza de su temperamento, que era común en el resto.
Silvero también tiene su anécdota, pero de tipo listo y de potrero. En un partido con Banfield, en el Sur, se desgarró y en esa época no había cambios. Le dijo al DT: "Déjeme un ratito más así quedamos 10 contra 10, que conmigo se va uno de ellos". En Banfield jugaba Llanos, un jugador de temperamento caliente. José le tocó la cara en un corner, Llanos le respondió con un cachetazo y expulsión para ambos.
Cuando veo al Boca de hoy, cuando observo que le hacen un gol y sus jugadores quedan sin respuesta, especialmente anímica, que se "entregan" (hablo de la mayoría), que siempre le hacen la misma jugada y termina en gol o salvando el arquero, excepto que los rivales fallen en la definición, como sucede habitualmente, me digo y digo, este no es Boca, ni aún con Bianchi en el banco.
No se puede aceptar esta falta de compromiso con la camiseta. Saldrán a retrucarme y a decir que faltó a la verdad. Cuento lo que veo y lo que siento.
Los profesionales que están en Boca no se pueden dar estos lujos, como pasó con All Boys, Tigre o Toluca y lo de Quilmes se revirtió más por las fallas del adversario que por méritos propios.
Carlos Bianchi vino a arriesgar su prestigio. No necesitaba hacerlo, pero aceptó el desafío. Ahora está involucrado en algo con final incierto. Por más que Riquelme vuelva con su talento y categoría para tratar de enderezar esto, que está a la deriva, pese a un técnico de lujo como el que tenemos.
La obligación de Bianchi, él lo sabe, será tomar medidas profundas que cambien este proceso. Le sobra espalda para hacerlo. Es un indiscutido. Por supuesto, conociendo cómo es Boca, si no puede corregir la cosas, con la rigurosidad que hay que corregirlas, se encontrará en medio de un océano en el que las orillas no están la vista.
Por Alberto Félix Fernández
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Escrito por Eduardo Eliaschev el 24 de febrero de 2013 18:14
