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Nueve por nueve

La historia de Emmanuel Gigliotti y la salida de Lucas Viatri

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Uno que llega y uno que se va. Dos historias. A Lucas Viatri le deseamos lo mejor. Logro 4 campeonatos con Boca, pero por una razón u otra no pudo consolidarse. Y a Gigliotti, por supuesto también le deseamos lo mejor. Las info vía Canchallena y Ole:
 
La vida de Emmanuel Gigliotti es tan cinematográfica como la de Forrest Gump. Sueños, objetivos, cambios, obligaciones. Un sin fin de historias y rumbos que se entrelazan y se sostienen en una personalidad particular. Ni mejor ni peor, distinta. No será campeón mundial de ping pong y tampoco irá a combatir a Vietnam, pero a partir de hoy comenzará una de esas etapas que lo marcarán como persona: es el nuevo nueve de Boca.
 
El Puma nació el 20 de mayo de 1987, en la ciudad de Buenos Aires. Nunca fue un gran amante del fútbol, incluso empezó a jugar para contentar a su padre. "No me terminaba de enganchar con el fútbol. Creía que mi futuro no estaba en una cancha. Iba para que mi viejo no me rompiera las bolas. Imaginate que me ponían de primer marcador central y yo me moría de aburrimiento. Porque convengamos que no soy un Romagnoli, pero yo creía que podía hacer otras cosas además de tirarla de punta para arriba", confesó hace un par de años en una entrevista.
 
Sin poder encontrar su lugar en la cancha, y "aburrido" con su papel de "picapiedra", Gigliotti decidió tomarse "un año medio sabático". Ahí fue cuando comenzó a trabajar el bar de la familia, ubicado en la esquina de Rivadavia y Artigas, y a estudiar la carrera de despachante de Aduana. Pero el fútbol nunca lo dejó del todo, lo que convirtió su días en una maratónica carrera.
 
"Me levantaba tempranísimo porque tipo seis de la mañana tenía que abrir el barcito. Después, tipo ocho y pico, llegaba mi viejo y yo le robaba el coche para ir al entrenamiento. De Lamadrid (el club donde se inició -jugó 37 partidos y marcó cuatro goles-) me iba a comer a mi casa, en La Paternal, y a las dos ya estaba de vuelta en el negocio. Como ya estaba mi viejo, yo era una especie de encargado cafisho. A las seis me venía a reemplazar mi hermana y me iba a la facultad", recordó.
 
Luego de tres años, Emmanuel debió dejar la carrera, aunque aún sostiene que le gustaría retomarla, y el barcito cerró sus puertas. Su prioridad ahora era, ya sin la intención de complacer a su viejo, el fútbol. "Después la pegué con el fútbol. En Lamadrid, le pedí que me pusieran de delantero, hice un par de goles contra la Primera, y el Pato Franzoni, que era el técnico, me subió, debuté y acá estoy", simplificó.
 
Su carrera como futbolista fue en un asombroso ascenso. De Lamadrid pasó a Argentinos Juniors, pero nunca llegó a jugar. Luego, llegaron la primera etapa en All Boys, el traslado a Atlético Tucumán y el salto a Novara, de Italia. Sin éxito en el exterior, volvió al Albo, donde se destacó y fue buscado por San Lorenzo. Allí, pasó por varios estadios: flojo comienzo, colgado por Madelón, recuperado por Caruso Lombardi y, finalmente, goleador del equipo, que se salvó del descenso en la Promoción.
 
"No se si San Lorenzo me hará una oferta para renovar el préstamo o no. Mi pase pertenece a Novara, de Italia, y con ese club tengo dos años más de contrato. Pero no tengo intención de regresar. Mi objetivo a los 25 años es triunfar en algún club grande del fútbol argentino". Con estas palabras, Gigliotti dejaba en claro cuál era la Jenny de su carrera. Aunque aclaró: "Sin embargo, mi carrera siempre fue de ascenso y por eso estoy muy satisfecho, ya que jugando en Primera C había pensado en largar el fútbol. No imaginaba que pocos años después hasta me iba a poner la camiseta del seleccionado argentino".
 
San Lorenzo no le renovó el préstamo y su destino lo llevó a Colón de Santa Fe. La delantera del Sabalero le quedó pintada. En 2012, el Puma marcó siete goles con los Cuervos y 10 goles con el conjunto santafecino, convirtiéndose en el goleador del año en el fútbol argentino. "Ahora creo que me quedan 50 o 60 goles para alcanzar a Messi (que acababa de superar el récord de Müller)", desafío, en broma, luego del último partido ante Independiente, donde convirtió dos goles.
 
En su último semestre en Colón, Gigliotti fue el goleador del torneo Final 2013 con 11 festejos, la misma cantidad que Ignacio Scocco, del Newell´s campeón. Su olfato goleador atrajo el interés de Pumas, de México, que le hizo una importante propuesta para que se sume a sus filas. Pero una llamada desde el celular de Dios que lo seducía para llegar a su Jenny pudo más que cualquier propuesta millonaria.
 
"Que te llame Bianchi, el técnico más ganador de Boca, fue emocionante. Me llamó y me preguntó si me interesaba ir a jugar a Boca. Fue una pregunta muy simple", aseguró el Puma, que fue por más: "Si puedo, quiere la 9, que tiene mucha historia y es muy tentadora".
 
Gigliotti ya es jugador del "club más grande del mundo", como él lo definió. Ahora, para estar a la altura, y luego de perderse gran parte de la pretemporada, sólo puede pensar una cosa: "Run, Emma, run".
Los goles de Gigliotti en Colón:
 
Los números del Puma: en 35 partidos con la camiseta de Colón, anotó 20 goles (es decir, más de medio gol por partido) y, en toda su carrera, acumula 71 tantos en 160 encuentros. Canchallena

Lucas Viatri se va a México pero se diferenció de los que critican al plantel: “Siempre tiré para adelante por la camiseta”. Elogió a Bianchi (“es mi ídolo”) y defendió a su amigo Riquelme: “Es un fenómeno, pelea por sus compañeros”.
 
Las despedidas son, esos dolores dulces. Gualicho, cantan los Redondos. Y se suma Lucas Viatri: toda una vida en el club, el delantero surgido de Inferiores parte al Jaguares de México para continuar su carrera. Pero, a diferencia de Cellay y compañía, lo hace con cariño: “Cuando las cosas no salen como uno quiere, es fácil salir a hablar en los medios y manchar a todos los que se quedan en el club”.
 
Viatri dialogó con ESPN, con su salida del club ya sellada: "Siempre tiré para adelante, por la camiseta y por respeto a mis compañeros", aseguró. Y, distinto a otros jugadores que parten de Boca como Silva, Cellay o Albín, el delantero no tuvo más que elogios para Bianchi: "Le estoy agradecido por pedirme en enero que me quedará en club. Para mí es un ídolo y espero que le vaya muy bien en el próximo torneo”.
 
Otro que recibió los mimos de Lucas fue su amigo, Juan Román Riquelme. Blanco de las críticas por los problemas de vestuario, el enganche tuvo el respaldo de Viatri: "Todos saben cómo es Riquelme, un fenómeno, siempre tirando para adelante y peleando por sus compañeros".
 
Viatri se va, luego de cinco años de rodaje en Primera y con cuatro títulos en el bolso. Y se va con elogios, sin rencores, y con caricias para un plantel que necesita apaciguarse. Una dulce despedida. Ole