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La basura imperante en el fútbol argentino. Por Hugo Reyna

La opinión del hincha

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Ni bien llegó Bianchi a Boca, surgió la presunción del regreso de Riquelme y ante esa posibilidad empezaron a salir rápidamente todas las alimañas de sus madrigueras, para operar en contra de esa posibilidad. Y vimos como los mercenarios de la prensa anti-Riquelme comenzaron a operar frenéticamente con descalificaciones de todo tipo y argumentos tan insustanciales como ridículos.

Y fue así que estos insignes personajes representantes de este “periodismo” mercenario y berreta  comenzaron a operar, alimentados por toda la carne podrida que le tiran los propios dirigentes, esos mismos dirigentes que declaman a la prensa que “Román tiene siempre las puertas abiertas” que “Riquelme es el mejor jugador de la historia” “que es el ídolo más grande que ha tenido Boca” etc., etc.… ¿A quién pretenden embaucar con estos cuentitos infantiles, señores dirigentes? Y estos periodistas mercenarios hacen una novela de todo lo que dice y hace Román, hablando siempre las mismas boludeces con las que han pretendido desacreditarlo, durante años, sin lograr hacer la más mínima mella en el cariño de los hinchas: … Que Palermo, que el mellizo, que el Villarreal, que el Barcelona, que si tiene códigos, o no los tiene, que lo que dijo, que lo que no dijo, que si toma mates con su mamá, que si come asado con sus amigos, que si tiene un contrato largo, que lo que gana, que lo que pidió, que si se lesiona, que si tiene cara de orto y bla, bla, bla… Pero jamás estos imbéciles le han dado trascendencia  a lo que ocurre en los otros vestuarios de los clubes y con otros jugadores. ¿Se imaginan lo que hubieran dicho de Román, si hubiese hecho algo como lo que le hizo Gallardo a Merlo? Resulta que Migliore se caga a trompadas con sus compañeros y nadie dice nada. Palermo lo putea a discreción a Falcioni, porque lo sacaba en los 2dos. tiempos y todos callan. El flaco Schiavi también lo putea a Falcioni y todo bien (silencio de radio). Palermo lleva la barra a los vestuarios para que apriete a sus compañeros (sobre todo a Román) porque no puede lograr el record que quiere romper y todos se hacen los boludos. Pero si Román le regala, le dona el gol para que logre su record (y se deje de joder) y se va a festejarlo para otro lado, resulta que en vez de resaltar la generosidad de Román, todos critican que se fue a festejar con la platea. Cualquier jugador puede hacer cualquier cosa, en este país, pero si Román se tira un pedo en Don Torcuato, se quieren colgar de ese pedo, hasta los periodistas de la casa rosada. Lo que ocurre es que el vestuario de Boca es el más importante y vende mucho, sobre todo si se trata de Riquelme. El puterío no es puterío si no es de Boca, los demás clubes no existen.

Pero además, aparecieron automáticamente todos esos “cuatro de copas”, esbirros, monaguillos y demás lameculos de MM y Bugsy que pululan por los blogs intentando infructuosamente instalar el repudio a Román, con el descrédito y la demonización. Hay algunos muy básicos, otros decididamente carenciados, que se limitan sólo a buscar alguien con quién insultarse un poco, con chicanas estúpidas y argumentos infantiles. Pero hay otros que se creen más “astutos” y comienzan diciendo que Román es el mejor del mundo, que es el mejor jugador que Boca ha tenido y bla, bla, bla, pero….. Y después de ese “pero” empiezan a buscarle el pelo al huevo y a vomitar todo lo que traen adentro y que quieren ocultar debajo del poncho, para lo cual montan esta farsa ridícula, creyendo que engañan a alguien. En su absurda soberbia de pendejos, se sienten muy “inteligentes” porque piensan que haciendo esos introitos falaces, le están dando sustento a su comentario y que montando esas patrañas están habilitados y justificados para emitir toda la descalificación posterior... Esperen un minuto muchachos, tengo que atar el caballo al palenque y ya vuelvo…
Vamos por parte, dijo el bueno de “Jack the ripper”: Si yo opino que Riquelme es el mejor jugador que he visto, del mundo, por supuesto que voy a querer tenerlo en mi equipo, de lo contrario me tendría que hacer ver por un terapeuta y chuparme unas cuantas horas de diván, porque significa que estoy rayando en la demencia. ¿Qué hincha con medio dedo de frente, va a oponerse a que el mejor jugador juegue en su equipo? Solamente los mentirosos que describí más arriba. Ahora bien, partamos desde allí: Si yo lo quiero tener en mi equipo, entonces ¿Qué carajo me importa que se haya ido y después quiso volver? ¿Qué carajo me importa que estuviera vació y después se llenó, porque vino Bianchi? ¿Quiere decir que si vos renuncias a tu laburo ya no podés volver más allí? ¿En dónde dice eso? Yo puedo irme de mi laburo y volver cuantas veces quiera, mientras mi patrón me reciba. Ahora, si yo digo que quiero que vuelva, pero me indigna que lo traigan nuevamente y que hayan ido a buscarlo, entonces soy un farsante de cuarta, que me quiero pasar de listo. Si yo quiero que juegue en mi equipo ¿entonces qué carajo me importa que dijera que no iba a volver a jugar en Boca, si después cambió de idea? ¿Cuál es el pecado? Si el presidente (que estos nenes aman) dijo que ponía a Boca por encima de todo, por eso escuchaba a los hinchas y a las encuestas que él mismo encargó, ahora resulta que porque lo buscó a Román, dicen que no está poniendo a Boca por encima de todo.

Ahora, cuando Bianchi ha acomodado el plantel de acuerdo a su gusto y parece que ha logrado un clima ideal para trabajar, los periodistas buscaron a los jugadores que se fueron de Boca para interrogarlos sobre el vestuario de Boca y ponerle prácticamente palabras en sus bocas, incentivándolos tentadoramente a generar conflicto y puterío. Así fue como salieron los bocones que tienen la desfachatez de hablar de códigos y parecen vedetonas del teatro de revista, que se pelean por el tamaño de sus nombres en el afiche. Hablaron Cellay, Silva, Erviti, montando un show mediático digno de Rial, la Canosa, Polino y demás maricones que viven del puterío del espectáculo.

Es evidente que se trató de una nueva embestida desestabilizadora, como todas, a las que ya nos tiene acostumbrados el ingeniero desde afuera. Sus cañones apuntaron, como de costumbre, a sus dos grandes enemigos (Bianchi y Riquelme), que no son más que dos personas que osaron enfrentarlo para defender sus intereses, en pleno apogeo del principado, cuando predominaba el “Si Mauricio” y el ingeniero decía: “Boca soy yo” (lo mismo que él criticaba de Grondona en la AFA). Pero lo más insólito de todo es que ahora salió a hablar Luchetti. La verdad es que este muchacho debe tener la cara muy dura para salir a defender a Falcioni, que fue quién lo rajó de Boca, sólo para lograr notoriedad. Además, Luchetti se fue un año antes de que se fuera Falcioni, no entiendo cómo pudo saber las razones de la ida de Falcioni. ¿las imaginó? ¿las inventó? ¿alguien le contó? En ese caso está hablando por boca de quién le contó esas huevadas. Creo que habría que preguntarle a Luchetti, cuánto le pagaron por esa nota.

Por Hugo "Chito" Reyna



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