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El superclásico que ganó Bianchi. Por Vito Amalfitano

La opinión de un experto e idoneo periodista

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Hubo un partido que se ganó en una jugada. Otro en las atajadas de Orión. Uno más en el corazón para sobreponerse a las adversidades. Y el partido que el técnico pensó mejor que nadie.

Fueron demasiadas las faltas de respeto sobre Carlos Bianchi en estos últimos tiempos. Sobretodo de cierta parte del periodismo deportivo.

Pero resulta que el que estaba “ga-ga”, el que “no es el mismo de antes”, el que está “desactualizado” (con esa idea del “modernismo” tan discutible en fútbol), fue una vez más el entrenador que mejor entendió el ajedrez de este Superclásico, el que mejor movió las piezas, y el que tenía guardada cartas propias de su sabiduría para contrarrestar todas las visicitudes en contra que se le presentaron a Boca en los últimos días, con cadena de lesiones continuada, las paperas de Ledesma, la muerte del suegro del “Cata” Díaz un día antes del partido y las propias dolencias en pleno juego de sus tres jugadores más importantes, Riquelme, Gago y Gigliotti.

Hablamos de fútbol y sus contingencias impensadas. Y si el cabezazo de Mora no hubiera dado en el palo y entraba, el resultado hubiera sido otro, pero no debería cambiar el concepto sobre los aciertos de Bianchi. Como tampoco habría que hablar de una gran actuación de Boca si el remate de Martínez hubiera entrado en lugar de pegar en otro madero.

Boca no jugó bien ni mucho menos. Tampoco River, aunque llegó más y mejor. Pero es el fútbol y sus circunstancias. Y sí son datos duros y concretos las ausencias obligadas del equipo de Bianchi, tanto que el propio Ramón Díaz dijo en la semana que “ellos son una enfermería”, achicando, sin querer, su propio margen de error.
Y lo cierto es que el técnico de Boca supo encontrar las soluciones a las dificultades, mucho más que el de River aprovechar las ventajas relativas que daban esas dificultades del rival.

Con los pocos elementos con que contaba, Bianchi puso a un Erbes disminuído en el lugar de Pablo Ledesma porque leyó que Jesús Méndez iba a cubrir mejor en este caso el lateral, y particularmente las subidas de Vangioni, que al final no fueron tantas ni tan buenas como se especulaba. Y Pérez y Juan Manuel Martínez, dos de los tres refuerzos que el DT eligió a principio de año y con los que también se le faltó el respeto, jugaron un muy buen clásico y fueron claves en lo suyo, contribuir al cero propio por el lado de “Chiqui” (que se prolonga por cuatro partidos), ser clave en la jugada del único gol en el caso del “Burrito”. Otro refuerzo “de Bianchi”, “el Cata” Díaz, volvió a ser un pilar en la zaga.

Ramón, en cambio, se equivocó en no poner a Mora de entrada (por la diferencia de peso específico entre delanteros con el pibe Federico Andrada), en la inclusión de Ariel Rojas, como así también en la propia política de refuerzos ,-culpa quizá compartida con los directivos-, que determinó desprenderse de delanteros de área como Luna y traer solo a Teo, que hoy en River hace una muy buena tarea pero en las puertas del área y no en la zona de definición.

Más allá de este ajedrez, que claramente mostró una vez más la sabiduría de un técnico por sobre el otro, las piezas, como dice “Coco” Basile, se mueven, no son de madera, y el fútbol, al cabo, lo definen los jugadores, tal como lo dijo el propio Bianchi al final del encuentro (aunque se trata de los futbolistas que él puso en el lugar justo y en el momento indicado y con pocas cartas por jugar). Y la verdad es que Boca ganó porque aprovechó integralmente la mejor jugada del Superclásico, porque Riquelme,-sin participación continua-, fue determinante en el estiletazo que abrió el partido para las no menos decisivas intervenciones del propio Martínez y de un goleador como Gigliotti,-otro elegido de Bianchi-, que está para resolver pero que también es solidario en el retroceso y en la suma al circuíto de juego. Y Boca ganó porque después se defendió con el corazón, con la sangre que le quedaba en la enfermería, porque tuvo a Orión y porque a River, con mucho a disposición y con más situaciones a favor, no se le cayó tampoco una idea y terminó tirando centros.

Por Vito Hugo Amalfitano

Fuente 20-16 el Blog de Vito Amalfitano



Vito Amalfitano es Periodista. Jefe de deportes y prosecretario de redacción Diario La Capital de Mar del Plata. Comentarista de Boca de Selección/Radio Cooperativa. Y LU6 Mar del Plata. Web de Vito:  www.vitoamalfitano.com.ar   @VitoMundial

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