Este es mi amigo el Puma...
El análisis de ESPN para al 9 de Boca. Una nota de Fabio Dana |
La herida que dejó la salida de Martín Palermo en la delantera de Boca hace ya un par de años parece empezar a cicatrizar de la mano de Emmanuel Gigliotti: siete goles en siete partidos como titluar, seis de ellos de manera consecutiva, le dan al Puma un lugar que ningún otro delantero xeneize consiguió tras la salida del Titán: Silva, Viatri y Blandi tuvieron sus chances, pero nunca alcanzaron semejante porcentaje en la red.
El Puma, en poco tiempo, ya tiene mejor efectividad que grandes glorias del club, como el mismo Palermo, Panchito Varallo o Roberto Cherro. Es cierto, en muchos menos partidos jugados. Está claro, la carrera de Gigliotti en Boca recién está dando los primeros pasos. Pero si logra sostener esta efectividad en el tiempo empezará a ganarse un lugar en la historia xeneize.
Giglioti jugó todos los partidos del Torneo Inicial, aunque en los seis primeros sóló ingresó en el segundo tiempo. A partir del choque contra Racing fue titular, condición en la que disputó los últimos siete partidos: marcó en todos, salvó en el 0-0 ante Argentinos.
Sufrieron su potencia la Academia, Quilmes (en dos oportunidades), River, Rosario Central y Colón: siete goles en siete partidos de titular, un 100 % de efectividad.
El Titán, en 404 partidos, anotó 236 tantos, con una efectividad de 0,58 goles por encuentro; Varallo gritó 194 veces en 222 partidos (0,87), mientras que el gran Cherro, que jugó en el último tramo del amateurismo y en el comienzo del profesionalismo, consiguió 221 en 305 choques (0,72).
Sumando también los partidos en los que Gigliotti entró como suplente, generalmente en lugar de Nicolás Blandi, la efectividad sigue bien arriba, aunque baja al 0,53 por ciento.
En ese sentido, queda muy cerca de Palermo, iguala a otros grandes goleadores como Mario Boyé (123 goles en 228 partidos) y supera por caso, a grande ídolos como Manteca Martínez (86 goles en 167 partidos) y Guillermo Barros Schelotto (86 goles en 300 partidos).
La potencia es el fuerte principal de este goleador, de 1,87 metro y 82 kilos. Con 26 años, más de una vez reconoció que su sueño es repetir, al menos en parte, la historia de Palermo en Boca. En el cabezazo, su arma principal dentro del área, se le parece bastante.
El último tanto que convirtió, frente a Colón, muestra sus virtudes cuando la pelota llega por arriba: no sólo gana por presencia física, también se destaca en el anticipo. Pero no es un negado con la pelota en los pies, y también celebró aprovechando su buen remate de media distancia.
Más: en este corto período como titular ya se dio el gusto de marcarle a River en el superclásico, gol que además sirvió para que el equipo se llevara la victoria. Se sabe: los goles ante el archirrival forman parte de las condiciones que no pueden faltar en un goleador que vista la azul y oro.
Bianchi lo pidió al comienzo de la temporada y el Puma le está respondiendo con goles. ¿Entrará en la historia de Boca como uno de los grandes goleadores del club xeneize? Es pronto para decirlo, pero va por el buen camino.
Fuente: ESPN
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