Impotencia
La opinión del hincha. Por Alberto Félix Fernández |
Foto vía Prensa Boca
Me siento como alguien que quedó desnudo en el medio del desierto. Sin alimentos, sin agua, sin horizonte y sin saber para donde encaminarme. Es una sensación fea, desagradable, penosa. La impotencia se apropió de mis deseos. Los sueños van extinguiéndose entre las nieblas del pesimismo.
Es extraño. Hoy, Boca, cumple 109 años. Atravesó más de un siglo una pasión que jamás imaginaron sus fundadores, muchachos del barrio y que tuvieron la visión de ponerle a sus ilusiones el nombre de su Barrio: La Boca. Ahí nació, en un rincón cercano al Riachuelo, una pasión que hoy tiene vida y millones de creyentes.
Esos hinchas a través de esta historia siempre tuvieron fe y las etapas negativas, que las hubo, se superaron con amor y generosidad en la entrega de muchas personas que dedicaron tiempo y otras como Antonio Alegre que pusieron dinero para rescatar a la institución cuando estuvo al borde de su desaparición. Si, al filo no más de cerrar. Pronto se cumplirán 30 años de ese suceso nefasto.
Ahora, el pueblo boquense, vive una pesadilla. Tiene un presidente que no entiende el club. Es una cuestión de sentimiento. Hay que ser hincha y Angelici no lo es. Como no lo es Oscar Moscariello, el vice. Mauricio Macri pergeñó esta perversa realidad. El marketing, el famoso e inservible marketing, hizo el resto. Mucha gente, de buena fe, les creyó. No vieron más allá de los fuegos artificiales, de los pasaportes falsos llenos de promesas incumplidas e incumplibles, porque el fútbol no garantiza éxitos por el solo hecho de proclamarlos. Hay que planificar con inteligencia y enviar mensajes auténticos, claros, apoyados en fórmulas serias. Claro, con esta dirigencia, imposible que suceda esto. La verdad está enojada con ellos.
Destruyeron lo que se había logrado en Juveniles. Vaciaron el plantel de primera. Angelici dice que no le temblará el pulso para decirle a Bianchi que dé un paso al costado y que también hará lo mismo con Riquelme. Después cambia el discurso, por demagogia, y ya no dijo lo que dijo.
La institución perdió jerarquía en todos los niveles: Hace rato. No es de ahora. Sucede que jamás se reunieron tantos incapaces juntos. Si quieren a Boca, los que tienen que dar un paso al costado son los dirigentes y convocar a elecciones.
Lo que vemos en la cancha es el reflejo de cómo está el club. Falta coraje para tomar decisiones, pero más que coraje hay ausencia de idoneidad para ejercer la función de dirigir.
Conste que hablo de incapacidad. Es lo que vemos y no hace falta hacer un análisis muy exhaustivo para constatarlo, Boca perdió gente valiosa en estos últimos dos años y medio. Técnicos de Juveniles, jugadores, empleados que querían y conocían el club.
En este 109 aniversario quisiera estar feliz. No puedo. Siento una tremenda impotencia y es imprescindible cambiar esta actualidad, porque así como vamos, esto termina muy mal.
Por Alberto Félix Fernández
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