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El Boca popular

Entrevista con un referente que siempre representó una alternativa al modelo macrista. Por Gestión Fútbol

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Nieto del gran Camilo Cichero, hijo de un histórico dirigente, presidente de la agrupación La  Bombonera, Pablo Abbatángelo representa “el otro Boca”. Entrevista con un referente que siempre representó una alternativa al modelo macrista.

El joven arquitecto que remodeló la Bombonera

4 de enero de 1985, termina la intervención de Boca, que había quedado acéfalo por la peor crisis de su historia. La época de las camisetas pintadas con fibrón, la Bombonera clausurada, una deuda millonaria y un plantel profesional desmantelado. Así asumió la presidencia Antonio Alegre y enseguida empezó a convocar a todas las agrupaciones para trabajar. Una noche, llamó a un joven arquitecto de 26 años, nacido y criado en el barrio, para la difícil tarea de rehabilitar el estadio. “Hay que remodelar la Bombonera, eso sí, no hay un peso” le dijo a Pablo Abbatángelo.

“Me tocaron vivir cosas como dirigente y desde lo profesional que nunca hubiera imaginado. Me entregaron una estructura totalmente deteriorada y clausurada y tuve la posibilidad de repararla. Un estadio que se había construido en la presidencia de mi abuelo” recuerda. Pero no solamente trabajó para el estadio, también ayudó en la convocatoria de acreedores, que estaba a cargo de Carlos Tacchi. “Un día necesitaba ayuda y me acerqué. Me contó que había 300 juicios de socios que habían aportado dinero para la Ciudad Deportiva, el monto total no era muy importante pero eran importantes sus votos para la convocatoria de acreedores. Así fue que me comuniqué con las 300 personas que tenían los juicios ganados y me acerqué a hablar con ellos”.

Carismático y negociador, a muchos les habló de la necesidad de ayudar al club por amor y a otros tuvo que ofrecerles palcos y plateas. De esa forma, el joven Abbatángelo logró 198 votos afirmativos para la convocatoria. Eso sí, destaca el gran papel que jugó Carlos Heller, con “una tarea extraordinaria, que manejó las grandes cuentas y las deudas millonarias con los acreedores privilegiados”.

“Antonio Alegre fue un prócer boquense. Antes de ser dirigente, le prestó una cantidad de dinero importantísima al club durante la gestión de Alberto Armando y jamás reclamó la deuda, a pesar que falleció en una situación económica seria Se recuperó institucionalmente al club, volvieron muchas disciplinas deportivas, se reconstruyó la actividad deportiva. La gran deuda fueron los resultados futbolísticos”.

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Pizza y champagne: el modelo macrista y los negociados en Boca

¿Qué significó para el club, que transformaciones sufrió?

El proceso de Mauricio Macri significó terminar con toda la vida social, cultural y deportiva de Boca. Porque tiene una visión donde solamente las actividades rentables pueden seguir, como ramal que para, ramal que cierra. Así fueron desapareciendo las actividades no redituables. El espíritu de su modelo está sintetizado en la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, vulgarmente denominada Ley Macri. Lo que proponían era separar cada actividad profesional de la asociación civil, era quedarse con la frutilla del postre, el fútbol. Después dejaban los deportes amateur, que mueren a los tres días si vos le sacas el fútbol, para la asociación civil. Entonces presentaron ese proyecto para adueñarse de la actividad. En ese momento nació el Foro Social del Deporte, que nació para dar una lucha cuerpo a cuerpo contra la corriente privatizadora y gerenciadora de los clubes.

¿Cómo fue la relación del modelo macrista con las empresas?


Macri generó varias sociedades satélites que cogobernaban con el club. Todas empresas de las que formaba parte, como el Fondo Común de Inversión o el Museo de la Pasión, el Merchandaising con Boca S.A que era un 50% de Macri y un 50% de Inversora de Eventos S.A del Grupo Clarín. Se asoció para explotar el merchaidanignsin. En momentos de éxito, en los balances de Boca la ganancia era cero pesos. Era deficitario. Mientras Salvestrini que era presidente de la sociedad, decía que facturaban millones.

Un caso llamativo es el del museo, cuyo proyecto original fue presentado por nuestra agrupación, donde Boca era el dueño. El Macrismo propuso que fuera una empresa y se aprobó un canon locativo de 10.000 dólares mensuales y después se bajó a la mitad. Más tarde nos enteramos por balances, que Boca le condonaba una deuda de 36 meses de canon. Boca puso la plata y no cobro aranceles, para un museo, el más visitado del país y sospechado de reventa de entradas. Ese tipo de negocios fue nefasto. Macri encontró un club saneado, en diciembre de 1995 Boca tenía un pasivo de 20 millones de pesos dólares, para 1997 tenía un pasivo de 66 millones, con la compra de 50 jugadores y grandes despilfarros.

Todo eso en el contexto de un fútbol exitoso…


El mayor acierto de la era Macri fue una decisión que no fue de él. Nunca quiso a Carlos Bianchi, según cuentan allegados tenía un precontrato con Daniel Pasarella. A través de Julio Grondona, Franco Macri habría acordado la llegada de Bianchi a Boca. Los triunfos de la era Bianchi fueron maravillosos. Si tenes un técnico que gana todo, lo proteges, lo cubrís. En Boca le hicieron la vida imposible, que terminó con la famosa conferencia de prensa. Creo que Macri no aceptó que la imagen de Bianchi sobresaliera sobre la de él.

¿Desde su agrupación, qué rol tuvieron durante todos esos años?

Nosotros fuimos señalando cada uno de los desaguisados, denunciamos en todas las asambleas las sociedades satélites. Tenemos la conciencia tranquila, a pesar que nunca podíamos ganar las asambleas por la disparidad de fuerza, ya que el oficialismo siempre tiene mayoría. Ganamos la más importante igual, la más trascendente, la que mantuvo a Boca como asociación civil. En 2000 San Lorenzo y Boca intentaron gerenciar a través de una empresa de capitales suizos, fue la primera vez que trabajamos juntas las minorías de esos clubes.

En la famosa reunión de 1999 en el predio de AFA. De Julio Grondona para abajo se rechazó a las sociedades anónimas. Cuando surgió en Boca un año después, a pesar de lo que pensamos, en AFA no tuvimos ningún apoyo. En la asamblea que se puso a consideración en Boca, los principales exponentes fuimos Carlos Heller y yo. Macri tenía 185 representantes y nosotros 25. Era tan aberrante la entrega del club que logramos revertir esos números y que el contrato no se firmara. Para nosotros fue un éxito terrible, pero me costó uno de los dolores más grandes que tengo como dirigente deportivo. A partir de ese momento, me dijeron “me cagaste, olvidate que el estadio se siga llamando Camilo Cichero”. Para mí fue un error histórico, Armando fue 23 años presidente, no lo discuto, pero se lo homenajea con un estadio al que quiso demoler, él quería la Ciudad Deportiva. Fue un dolor terrible.

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La política de Boca hoy.

¿Hoy se puede hablar de “Neomacrismo” en Boca?

Yo no lo llamaría así. En su momento cuando asumió Pedro Pompilio, hubo un gran cortocircuito con Macri, por un problema económico, como son los problemas para esta gente. Entonces buscó un candidato, no tenía ninguno que midiera y no le quedó otra alternativa que Pompilio. En el 2007 sospechamos acerca de esos avales que presentaron, que eran truchos, entonces volvemos a ir a la justicia y ahí ganamos. Por eso la elección que había ganado Pompilio se hizo caer y se llamó de nuevo a elecciones, donde pudimos presentarnos porque si no se caía la personería de nuestra agrupación. Acompañamos a Roberto Digón, no quedaba otra alternativa que ir todos juntos sabiendo que perdíamos.

Ante la muerte de Pompilio, asume la presidencia Amor Ameal y sacó los pies del plato por su afiliación política. Era la persona puesta por Macri para cuidar lo que hacía Pompilio, pero jamás pensó lo que después ocurrió. Entre Ameal y Macri hubo una interna política, peronista y Pro. Dentro del club después se fueron generando los distintos bandos. Ameal nos vino a buscar a nosotros, a la agrupación La Bombonera, hicimos el proyecto de ampliación del estadio en relación con el barrio, fue aprobado por todas las agrupaciones del club. Nos pidió colaboración. Desarrollamos un programa integral que se llamó “Boca Convoca”.

¿Por qué fue Angelici su candidato?

Empezó a tallar la política nacional, se empezó a mezclar con la política institucional. Angelici había generado la ProA, la pata radical del Pro y lo premia por eso. También Macri designa uno genuino del Pro como Vicepresidente, Oscar Moscariello, un hombre que se confundió a Ángel Rojas con Clemente Rojas, una persona externa al club. Después cuando Angelici se acerca al massismo, genera un distanciamiento con Macri.

Por último. ¿Si fueras presidente, cuáles serían las primeras tres medidas que tomarías?

En primer lugar restituir la función social, cultural y deportiva de Boca para el barrio, abrir las puertas del club. La segunda medida terminar con el doble estándar de las entradas, tienen que ser para los socios e hinchas. Que las de protocolo, que son emitidas gratuitamente, sean vendidas por las agencias de turismo, no tienen ningún sentido. Ahora, si hay que recaudar por la situación económica, no estoy de acuerdo pero aceptaría que se las vendan a sumas importantes. Una más, terminar el estadio, cerrar la Bombonera. Para el final, la más difícil, que es terminar con la convivencia con los barras bravas.

Fuente: Gestión Fútbol.