El club de la pelea
Editorial |
Todo esto que pasa con disputas entre hinchas de Boca con tanto odio y encono lo leo en este blog, pero también lo observo en Facebook en twitter o en los foros de los diarios.
La división entre hinchas que causo Macri poniendo de tesorero a Angelici en las fórmulas del 2007 y 2008 es incalificable.
Fíjense que a partir del desembarco de este personaje en la lista que encabezaba Pompilio, solo sirvió para dividir a la familia Xeneize.
Recuerden que la renovación de Riquelme en el 2010 también fue una guerra y precisamente ejecutada por este personaje pequeño y gris, que pivoteo todo con un libreto y una logística que le permitió ser presidente de Boca, siendo un ignoto empresario del juego e hincha de Huracán.
Una locura lo que está pasando, que ya ni se habla de futbol. Y esto no es responsabilidad solo de Riquelme, que es un muchacho que apenas terminó la primaria, sino de todos los que formamos parte de alguna manera de Boca Juniors.
La violencia en cualquier estamento de la sociedad siempre se genera de arriba para bajo. Y en la punta de la pirámide está el presidente de Boca, abajo los socios, y por último los hinchas que no tienen ni voz ni voto. Eso hasta que apareció el fenómeno de las redes sociales donde nació una herramienta indispensable y que sirve para leer el pensamiento de muchísima gente que tiene acceso a ellas. Y el panorama es dantesco. Es muy lamentable vernos a todos discutir y pelearse en forma tan agresiva.
Es muy grande el daño que le hacen a Boca mucho mayor a los campeonatos ganados. Créanme los jóvenes qué Boca ya era el muy grande antes de 1995, pese a tener menos trofeos en las vitrinas pero era un club digno y eso que recién había salido del infierno del 84.
Llamo a los dirigentes de Boca a que reflexionen sobre el monstruo que crearon con tantas jugadas maquiavélicas y mantengan un perfil bajo, trabajador, austero y sobre todo decente. Que no se olviden los Macri, los Angelici, los Martucci, los Digiovanni o como se llamen, que el que siembra vientos cosecha tempestades.
Los hermanos sean unidos
Porque ésa es la ley primera;
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea,
Porque, si entre ellos se pelean,
Los devoran los de ajuera.
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