A la hora del crepúsculo. Por Vito Amalfitano
La visión de un experto e idóneo periodista |
“Nos reunimos… va a seguir. Dijo que está con fuerzas. No hay plazos”, expresó Daniel Angelici, el presidente de Boca, en el comienzo de la tarde, después de haber invitado a su casa a Carlos Bianchi por la mañana.
“Hubo unanimidad. La mayoría decidió que había que empezar un nuevo ciclo. Somos de la idea de que el domingo no podía haber un plebiscito en La Bombonera sobre si seguía Carlos o no. A partir de mañana (por hoy) vamos a pensar en un nuevo entrenador para una nueva etapa”, dijo el mismo presidente, no otro, Daniel Angelici, en el crepúsculo de la misma tarde. Y también en el crepúsculo de la cordura en Boca.
El miedo a una Bombonera en favor de Bianchi y, aseguran, un llamado de Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lo empujaron a cambiar la decisión tan rápidamente.
Dos días antes, en el comienzo de la tarde del martes, el mismo presidente de Boca había hecho un movimiento en AFA para que se suspenda oficialmente el partido con Estudiantes y el grueso de la tercera fecha del torneo Transición del fútbol argentino por el paro de Moyano y Barrionuevo. En el crepúsculo de esa misma tarde, y también de la cordura, de Boca y de la AFA (por los vaivenes, no por la decisión final), se comunicó que la fecha se jugaba íntegramente. Bianchi lo dejó expuesto anteanoche: “Yo no pedí la postergación”.
El pasado 17 de julio el presidente del club de La Ribera había dicho: “No estamos dispuestos a mover una coma” en el contrato de Riquelme. Él y otros dirigentes explicaron que no lo hacían “para no poner en juego el patrimonio de Boca”.
En realidad, dejar libre al mejor jugador del club, desde el punto de vista práctico -despojándose incluso de que se trata del máximo ídolo de la historia de Boca-, ya era derrochar patrimonio.
Ahora el mismo presidente de Boca, no otro, acaba de echar a Carlos Bianchi y al club que supuestamente no tiene que poner en juego su patrimonio le corresponde pagar 16 meses de un contrato millonario a un entrenador que ya no trabajará.
El mismo club que debe cuidar su “patrimonio” gastó 12 millones de dólares en siete refuerzos que, hasta el momento, no tienen categoría para estar a la altura de Boca y de lo que se pagó. Siete refuerzos de los que sólo uno llegó por pedido expreso de Bianchi, Federico Carrizo.
Ahora ya no están ni Riquelme ni Bianchi, el jugador más grande y el DT más importante de la historia de Boca. Y más allá del entrenador que llegue, ahora tendrán que hacerse cargo los supuestos referentes que eligió el presidente, entre los cuáles hay alguno que ya decía a viva voz que el ciclo del que lo ponía siempre como titular estaba “terminado”. Y también tendrán que afrontar la situación los refuerzos que son buenos proyectos, por los que se pagaron millones, pero a los que el miércoles, en la fría noche de La Plata, les quemaban las piernas.
El domingo una vez más “la barra” tratará de tapar pronunciamientos. Y harán descolgar banderas. Y mandarán a presionar periodistas, sin decirlo de frente (como con Bianchi).
Pero ya no están Riquelme y Bianchi de escudos. Ya es hora, entonces, de que asuman el costo, político, y económico, quienes también atraviesan el penoso crepúsculo de su mandato.
Por Vito Hugo Amalfitano
Vito Amalfitano es Periodista. Jefe de deportes y prosecretario de redacción Diario La Capital de Mar del Plata. Comentarista de Boca de Selección/Radio Cooperativa. Y LU6 Mar del Plata. Web de Vito: www.vitoamalfitano.com.ar @VitoMundial
Y un amigo de la casa! Gracias Vito!
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