Borrón y cuenta nueva. A pensar en Cerro
Fernando Gago, el GPS de Boca |
La prioridad de Boca, claramente, es la Copa Sudamericana. La derrota en el clásico ante San Lorenzo terminó con las efímeras chances que tenía de pelear por el título, considerando que sigue a ocho puntos de River (además, en el 'medio' están Lanús, Racing e Independiente), que, a su vez, tiene un partido menos, como consecuencia del encuentro suspendido con Estudiantes; por lo que podría estirar la diferencia a 11, a falta de sólo cinco fechas.
Y en el certamen continental, el equipo de Rodolfo Arruabarrena está muy bien 'posicionado' como para avanzar a la Semifinal, ya que en el partido de Ida ante Cerro Porteño (jugado en la Bombonera) logró un muy buen resultado: ganó y no recibió goles (1-0). Con esta ventaja, se presentará el jueves en Asunción, más precisamente en el Defensores del Chaco, en un partido que comenzará a las 19. El ganador de esta serie se medirá, en la instancia de los cuatro mejores, ante el que resulte vencedor del cruce entre River y Estudiantes, habiendo ganado el "Millonario" por 2-1 en La Plata. ¿Habrá 'Superclásico copero'?
En este contexto, el plantel de Boca no tuvo descanso y se entrenó en el Complejo Pedro Pompilio. Allí, el "Vasco" hizo un trabajo formal, donde 'paró' un equipo, en el cual se puede empezar a vislumbrar parte del equipo, más allá que no formaron parte los que jugaron con San Lorenzo. Los que no estuvieron fueron Agustín Orión (estuvo Emanuel Trípodi), Cristian Erbes (Adrián Cubas) y José Pedro Fuenzalida (Iván Colman).
Más allá de esto, lo cierto es que volverán todos los titulares que estuvieron ausentes en el Nuevo Gasómetro, escenario del clásico en el cual el "Xeneize" se presentó con un equipo compuesto, en su mayoría por habituales suplentes. Así, la defensa será íntegramente 'nueva', ya que regresarán Leandro Marín, Claudio Pérez, Juan Forlín y Nicolás Colazo.
En el mediocampo, Marcelo Meli y Fernando Gago recuperarán su lugar, reemplazando a Pablo Ledesma y Gonzalo Castellani. Mientras que se mantendrá Cristian Erbes, que reapareció luego de recuperarse del desgarro que sufrió en el muslo izquierdo, ya que la decisión del entrenador se basaba en la intención de darle minutos de juego (fue reemplazado a los 14 del complemento) para que llegue con rodaje al duelo en tierras 'guaraníes'.
¿Y adelante? Es un hecho que volverán Andrés Chávez y Jonathan Calleri. El que saldrá seguro es Emmanuel Gigliotti, autor del gol en el partido de Ida. Por lo tanto, la duda está en el tercer integrante del 'tridente ofensivo'. Y las chances son Juan Manuel Martínez, Federico Carrizo y Juan Pedro Fuenzalida, más allá que los tres fueron titulares con San Lorenzo. En este contexto, el que tiene más chances es el futbolista chileno.
Por lo tanto, el probable equipo es: Agustín Orión; Leandro Marín, Claudio Pérez, Juan Forlín, Nicolás Colazo; Marcelo Meli, Cristian Erbes, Fernando Gago; José Pedro Fuenzalida, Jonathan Calleri y Andrés Chávez.
Mañana será el último entrenamiento antes de viajar. Esto sucederá, en vuelo chárter, el miércoles por la mañana; mientras que ese mismo día, pero por la tarde, haría el reconocimiento del estadio. PlayFutbol
Fernando Gago es el GPS de Boca. Para el equipo de Rodolfo Arruabarrena, su capitán es una suerte de faro hacia el que encaminar las intenciones de juego. Un rumbo concreto. Justamente, el que ayer no tuvo, como cada vez que su capitán falta a la cita. Boca es un equipo con Gago y otro bien diferente cuando el hombre de la Selección no está. El equipo sin rumbo que se paseó por el Nuevo Gasómetro desembocó en una calle sin salida que lo terminó de correr del torneo. El jueves, ante Cerro Porteño, Arruabarrena podrá reiniciar el sistema, con Gago en los comandos. La tesis quedó clara: sin él, se sufre.
Los números, muchas veces indolentes y en otras esclarecedores, ponen sobre el papel una tendencia ineludible en el semestre. Con Gago, Boca obtuvo el 69 por ciento de los puntos, ya que ganó nueve partidos, empató dos y perdió tres. Sin Gago, sólo cosechó el 22,2, ya que venció en un juego, igualó en otro y cayó cuatro veces.
Más allá de lo cuantitativo, el campo de juego de San Lorenzo expuso la ausencia. Otra vez, sin Gago, Boca jugó uno de los peores partidos del ciclo Arruabarrena. Como con Capiatá en la Bombonera, en el 0-1 de la catástrofe. Como con Rosario Central, hace tres semanas, cuando dio vuelta el partido y venció 2 a 1 de arremetida. En esos encuentros, y en el de ayer, Boca se mostró como un conjunto acelerado, sin elaboración ni capacidad de elección para comprender el manejo de las presiones y de las tenencias. Todas cuestiones para las que Gago es un baluarte.
El mediocampo de ayer ostentó nuevamente una deuda de elaboración alarmante. Gonzalo Castellani, la segunda marca de Gago en términos de la consideración de Arruabarrena, volvió a ofrecer mucha voluntad y poco criterio. En general, tomó la pelota y desarrolló el fútbol verticalmente. Fueron pocas las ocasiones en las que atesoró el balón e intentó colectivizar las acciones buscando apoyos en los costados. Esa tendencia se replicó en sus compañeros, que abusaron de las patriadas ofensivas y, por lo tanto, cayeron en la soledad de la falta de oferta de pase.
La Tesis Gago no se ampara sólo en el nivel individual del volante, ya que la principal diferencia habita en el ritmo que sostiene el equipo con y sin él en la cancha. La sola presencia del cinco marca un compás de los movimientos de sus compañeros. Su ausencia, en cambio, genera enormes anarquías a la hora de elegir las mejores opciones para atacar y defender. A San Lorenzo, entonces, se le volvió sencillo debilitar a una línea medular que fue engullida por el triángulo Mercier-Kalinski-Ortigoza. Sobre lo posible hay mil caminos, pero con GPS de Gago la hubiera tenido más difícil.
Por Sebastián Varela del Río para Clarin
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