Nada cambia con Angelici
La opinión del hincha. Por Alberto Félix Fernández |
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Recibo una tarjeta con la firma del Presidente deseándome un año lleno de alegrías para celebrar juntos y en familia, Se agradece. La tarjeta tiene su infaltable impronta publicitaria: EL AÑO TERMINA EL FUTURO COMIENZA, y abajo está el escudo del club y el nombre Boca.
Daniel Angelici sugiere que 2015 será un año de celebraciones en lo futbolístico. Parece no tener en cuenta el pasado reciente, porque desde el 14 de diciembre de 2011, está al frente de la institución. Un lapso en el que se registró el manejo institucional y deportivo de los peores que se puedan recordar en la historia de Boca.
Dirigido a control remoto por Mauricio Macri, en su cargo gerencial fue un fracaso por su incapacidad en todos los aspectos. En lo que sería la contratapa de la tarjeta de salutación, promete un Centro de Entrenamiento en Ezeiza con el que piensa seguir "escribiendo la historia".
¿Qué historia quiere seguir escribiendo? Mi sugerencia es que no haga ni hagan más en contra de Boca. El descenso (palabra fea si las hay en el fútbol) sigue produciéndose de manera inalterable, cruel y profundo.
Voy a recordar algo que no muchos tienen en cuenta. La historia de la buena la empezó a escribir Antonio Alegre. En su gestión rescató a Boca de la peor crisis y puso el club en orden. RECUPERO LA DIGNIDAD, algo que no se tiene muy en cuenta en el presente. Luego llegó Carlos Bianchi, en 1998, y colocó a Boca en la cima mundial. Vale señalar que antes Macri gastó unos 20 millones de dólares para satisfacer a Carlos Bilardo, quien fracasó rotundamente. Para tener dimensión de la cifra digamos que fue entre 1995 y comienzo de 1996. Después vino el ciclo de Héctor Veira y el tristemente recordado cabaré. Razones más que valederas para llamarlo a Carlos Bianchi y disculparse por el mal trato recibido durante esta gestión y levantarle un monumento a la entrada de la Bombonera.
Angelici le pido un favor personal: no prometa más nada que sabe que no podrá hacer. Observe como se escapan chicos, como Santiago Krieger (tal como informó SoyBoca), sin haberle dado una sola oportunidad. Deje de hacer creer que quieren comprar jugadores. Además, se compró un arquero suplente (dicho por el cuerpo técnico) y se deja ir a Luciano Acosta, que esto ya empieza a ir al debe de Arruabarrena, que es una excelente persona, pero no mostró, hasta ahora, demasiada agudeza en lo futbolístico, aunque merece una oportunidad más, pero sigo sin entender porque no tuvo en cuenta a Krieger y por qué se desinteresa de Luciano Acosta...
Una aclaración final: la muerte de Pedro Pompilio privó a Boca de uno de los dirigentes que mejor conocían el fútbol. A la altura de Julio Grondona. Con ambos tuve un trato muy cercano y avalo con mi experiencia en este mundo del fútbol por el que camino desde mi adolescencia.
Por Alberto Félix Fernández
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