Ese es mi amigo el Puma
Por Leandro Valdés |
Vamos a analizar al Puma Emmanuel Gigliotti en Boca.
Empecemos por los números: 61 partidos, 44 de ellos ingresó como titular, 17 siendo suplente. Sólo 34 veces jugó 90 minutos. Marcó 23 goles. Jugó 4096 minutos, lo que equivale a decir a un gol cada 178 minutos, uno cada dos partidos.
Boca ganó 29 de esos partidos, empató 13 y perdió 19. Boca marcó sólo 80 goles en 61 partidos, por lo que el 28.75% de ellos los hizo el Puma.
Los seis primeros partidos que jugó los hizo ingresando como suplente. En su primer partido como titular le marcó un gol a Racing. A partir de ese gol, convirtió otro seis tantos seguidos de Boca, racha que se corta con un gol de Martínez a Colón (el primero de ese día también fue obra de Gigliotti). Su último tanto fue a Independiente, el tercero de un 3 a 1 al Rojo. Tanto su primero como su último tanto fueron contra los clubes de Avellaneda, y en la Bombonera.
Los números son buenos, mejor dicho son muy buenos si se los compara con sus contemporáneos Santiago Silva (19 goles en 4821 minutos, jugando 55 partidos de titular, sólo salió 7 veces y la otra por roja); Lautaro Acosta (0 goles en 29 partidos), Juan Manuel Martínez (8 goles en 68 partidos); Jonathan Calleri (8 goles en 26 partidos); Nicolás Blandi (20 goles en 61 juegos); Claudio Riaño (1 gol en 16 partidos); etc. Desde ya que agradecemos a www.historiadeboca.com.ar por los datos.
Eso dicen los fríos pero objetivos y cotejables números. Vayamos a desmenuzarlos.
Llegó a Boca a julio del 2013, resignando muchísimo dinero. Todos hablaban de una venta pública y notoria al fútbol mexicano (Pumas de México). Literalmente se bajó del avión, cancelando su pasaje y generando enojos del tradicional elenco azteca. Perdió cientos de miles de dólares para cobrar en pesos. En su llegada se volvió a manosear injustificadamente el nombre de Mauro Bianchi, quien simplemente le hizo saber el real interés de su padre Carlos en contar con los goles de Gigliotti en su equipo. Recordemos que Silva se había ido a Lanús. Marquemos entonces el inicio: Mauro y Carlos Bianchi.
En el torneo precedente, Silva había perdido el puesto con Blandi (juvenil de las inferiores de Boca). Blandi jugó la Copa y Silva el torneo local. Es más, Blandi será luego vendido a San Lorenzo, tras finalizar ese torneo Inicial 2013.
Debutó en Córdoba, contra Belgrano. El partido estaba 1 a 1 cuando reemplazó a Blandi y Boca lo termina ganando con el gol del Cata Díaz. Riquelme había marcado el primer tanto de la Azul y Oro. Volvió a reemplazar a Blandi estando 2-3 con Newell´s, ingresando en las 6 primeras fechas del Inicial 2013. Blandi fue el 9 titular esas seis fechas. Recién en la séptima fecha es titular, partido en el que Boca vence a Racing 1 a 0 con gol del Puma (Boca venía de un 0-3 vs Olimpo)
Bianchi le respetó la titularidad hasta la última fecha de ese torneo (1 a 1 vs. Gimnasia, con gol del Puma). Marcó 8 goles, todos como titular en su primer torneo.
En el siguiente torneo, Bianchi le respeta la titularidad a Emmanuel Gigliotti, quien convierte 8 goles en 18 juegos. Dos torneos, 8 tantos en cada uno. Se le cuestionaba cierta desidia cuando Boca no tenía la pelota.
Como anticipamos, Blandi es vendido a San Lorenzo luego de concluir el Inicial, y llega Jonathan Calleri de All Boys para jugar el Torneo de Transición 2014. Calleri y varios jugadores más llegan a Boca de la mano del mismo representante, y no fueron expresamente pedidos por Carlos Bianchi. También llega Chávez, otro delantero del mismo representante. Sigamos tomando nota entonces.
En su tercer torneo, en un clima con decenas de operaciones de prensa, Bianchi lo sostuvo como titular, pero el nivel de Gigliotti era bajo. Gigliotti no juega con Estudiantes de la Plata (el titular fue Calleri), partido dirigido por el mal árbitro Trucco, que fue la despedida de Carlos Bianchi como DT, seguida de la inmediata asunción de Arruabarrena. Cuarta fecha del torneo, en las que Boca jugó mal, sumada a la rápida eliminación con el futuro campeón de la Copa Argentina (Huracán).
Con el Vasco, juegan Luciano Acosta y Calleri contra Vélez, partido en el que el equipo muestra una notable mejoría en juego y actitud. Gigliotti juega en Bahía Blanca en la siguiente fecha y marca el gol de Boca (1 a 0). No es titular contra Banfield, Racing, Quilmes, River y vuelve a serlo con Rosario Central (2 a 1 en la Bombonera, sin convertir). Un irregular Gigliotti es reemplazado en Mendoza, con Boca perdiendo y el elenco de la ribera termina ganando 3 a 2 en el Mundialista.
Con el equipo decididamente avocado a la Copa Sudamericana, Boca coloca suplentes en el Torneo Local. Entonces es titular contra Defensa y Justicia, San Lorenzo y Tigre (en éste último partido convierte un tanto de rebote tras un penal fallado y luego marca otro más), Arsenal, Independiente (un gol), Lanús y Gimnasia.
Y ahora vayamos a la maldita Copa Sudamericana. Fueron 8 partidos, con Calleri y Chávez como delantera titular en ambos juegos contra Central, Capiatá y Cerro Porteño. Recordemos que Boca gana 1 a 0 a Cerro en la Bombonera con gol de Gigliotti, casi al final del partido.
Hasta que llegamos a la fatídica serie con river, la de Trucco y Delfino. Que vino tras los bochornos de Vigliano y el Pitanazo del torneo local, sumados a Abal (el del gol con dos pelotas). Eso ocurrió en el 2014, única vez que Boca no pudo vencer a river en tantos enfrentamientos entre sí, ahora pusimos las cosas en su justo lugar. En la ida Gigliotti ingresó por Calleri, a los 72 minutos, luego que Martínez fuera lesionado por Vangioni. Chávez fue el otro delantero, quien también se lesiona en un entrenamiento.
Con Chávez y Martínez afuera por sendas lesiones, Gigliotti es titular contra river. Patea muy mal el penal y se lo atajan, marca un gol y no lo conceden por otro error arbitral en beneficio de river Plate.
A partir de ese penal, Gigliotti es hostigado salvajemente, pero nadie dice nada del gol que marcó después. La prensa riverplatense quiere colocarlo a la altura del penal de Maxi López 2004, pero hay varias diferencias: a) uno fue por Copa Libertadores y el otro por la Sudamericana, dónde años atrás erró un penal Berti y no recibió el mismo trato; b) Gigliotti marcó un gol inmediatamente después y un error –como en el Pitanazo- de los líneas anula la jugada; c) se jugaron 87 minutos luego del penal mal pateado cuando en el caso Maxi López el bostero Villarreal (el Villita cordobés bueno, el que no traiciona) los dejó mudos inmediatamente después. El gol rival fue a los 16 minutos, para que quede todo a la vista.
Me pareció mucho más grave como Boca NO jugó el segundo tiempo ese día al penal malogrado. Me pareció insólito como quien debió ser dos veces expulsado en Nuñez (y también en la Boca) Ponzio sea amo y señor del partido y nadie lo encare para forzar su varias veces escondida segunda amarilla. Fue un mal partido de todo el equipo, hasta con el Vasco poniendo y sacando a Fuenzalida, con un Gago que se lesiona apenas iniciado el partido pero caprichosamente se arrastra varios minutos antes de salir.
Se busca un culpable y se lo señala a Gigliotti. Hoy .por todos lados- buscan venderlo.
La prensa oficial Xeneize habla de la posible venta como tema central del club, es parte de la campaña de hostigamiento, mientras a la vez señalan que si Boca no es campeón, es culpa de Arruabarrena, no de tres años de resultados nulos, de pasaportes marketineros. Todos los días se toca el tema, cuando se trata del 9 suplente. A la inversa de cuando no jugaba Caruzzo como central titular, a quien le preguntaban a Bianchi por qué no lo ponía.
Hoy Calleri está en un nivel superior, y merece la titularidad. Eso también lo creo.
No perdamos de vista que Emmanuel Gigliotti nunca chapeó con su fanatismo por nuestros colores. Eso salió a la luz por dichos de terceros, luego que su abuela donara cosas al Museo, como tampoco se jacta que su familia vaya siempre a la platea. Perfil bajo, ciertamente.
A Gigliotti lo presionan, lo asfixian. Tal vez debemos sumarle otro dato nada menor: su amistad a Riquelme, la defensa del máximo ídolo de la historia del club para con él, quien señaló los errores arbitrales desde La Paternal mientras el presidente de Boca sólo cuestionaba a Merlos por exagerar el tiempo adicional en un partido entre Lanús y Arsenal (no hizo lo mismo cuando Vigliano hizo patear un tiro libre fuera de tiempo adicional en el Gigante de Arroyito, convirtiendo el canalla el empate en ese partido).
Así estamos hoy, con señaladores, apuntadores. Con la gente dividida luego de menospreciar y destratar a Riquelme y Bianchi. Hasta la barra luce dividida.
En resumidas cuentas, Gigliotti no es un crack, no es Martín Palermo, es un delantero de área con buenos números (los mejores tras el retiro de Palermo), que pueda lucir apático en algunos momentos del partido, pero injustamente mal tratado por la prensa y por la interna política de Boca. Yo vengo a defenderlo, como lo hice y hago todos los días con el Vasco Arruabarrena, otro apuntalado y excesivamente presionado para ser campeón, y quien se defiende hablando con todos, paradójicamente. Sabe que si no hablás, te matan como a Bianchi.
Insisto, y vuelvo a la llave con river. No es Gigliotti el culpable de la única derrota internacional en los mano a mano con river. De hecho, ya les hizo un gol a river en el Monumental, que sí lo cobraron y Boca ganó 1 a 0. Boca debe apoyarse en referentes para esos partidos, en su jerarquía y capacidad. Y Boca no los tenía, tal es así que salió a buscar a los Lodeiro, Pablo Pérez, Peruzzi, Torsiglieri y Osvaldo, apellidos que exhiben la jerarquía misma que no tenía el equipo (recordemos que desde la dirigencia se decía que Boca tenía el mejor plantel pero a los antes nombrados les debemos sumar las llegadas de Rolín, Sara, Monzón, Pavón, Palacios). El Bostero no señala ni busca culpables, eso es otra muestra más de cómo decididamente atacan nuestra identidad y van por ella como en el tema Bombonera, los colores, la Masía del Barca, los ídolos, el Museo y tantos etc.
El Bostero alienta en las buenas pero en las malas mucho más. Y eso vengo a eso, a alentar a Emmanuel Gigliotti, como lo hice en cancha de Lanús tras el penal errado.
Ese es mi amigo el Puma, el que describí en toda esta columna, a quien le pido que no le haga caso a los dardos interesados y decida lo que su corazón y familia mande, por su bolsillo ya hizo mucho al venir. No es su bolsillo el único referente, como sí ocurre en otros casos. Eso también genera dardos venenosos.
*Leandro Valdés es abogado, periodista en SoyBocaRadio y escritor. Hace poco publicó el libro "Los verdaderos mellizos de la Boca" de editorial Corregidor. Próximamente publicará "Mística 2000"
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