Parece imposible superar la etapa de prueba
Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos |
Parecía que sí. Parecía que Boca, finalmente, encontraba el camino. Un sendero que lleva muchos años ya sin descubrir y que Guillermo parecía haber encontrado para encaminar el barco hacia un lugar determinado, un buen lugar.
Lo dijimos acá y allá. En tuiter, en facebook, en donde nos pudimos expresar. En varias radios partidarias por motivo del libro “Con alma y corazón, el fenómeno Boca-Bianchi” (que el lunes 26/9 será presentado en Viamonte 1550 a las 18:30, con entrada libre y gratuita) (y sí, es un chivito). Lo dije todas las veces que pude: no tocar lo que funcionó. En todo caso, si después no anda bien, entonces sí cambiar; mientras tanto, no toqués lo que funciona.
No toqués a Centurión por los costados; no toqués el doble cinco porque funciona, a pesar de algunos pronósticos agoreros (míos)… Era cuestión de reemplazar a Tevez por otro jugador similar, bueno, haciendo un poco el esfuerzo, porque en el plantel no hay otro igual. Pero sí buscar un mediapunta. Y sí, un mediapunta…
Busquemos: Castellani? Más armador que mediapunta. Ni Zuqui, ni Carrizo, ni nada. El único que se podía aproximar a esa posición y lo sigo defendiendo a muerte, es el pibe Messidoro. Sí, un pibe… ¿Y? ¿Cuál es el pecado de pedir un pibe? Con el resto de los titulares y no penando con otro compañero en su igual condición, tal vez hubiera podido dar más. Y creo que iba a dar más por el simple hecho de que no desarmaba al resto.
Se cambió y Centurión que no hizo un mal partido, perdió eso que sí pudo generar jugando por el costado ante Belgrano. Pero, ¿eso fue todo? No, claro que no.
Si hacemos un balance general del partido Boca fue más que Godoy Cruz. Manejó gran parte del encuentro, que se jugó más en campo del local que en el nuestro. Pero pecamos, una vez más, de efectividad. Y lo que estamos esperando es que el nueve del equipo no necesite que un compañero le ponga la pelota de frente y de cara al arquero; necesitamos un nueve que juegue y se genere él también las situaciones de gol. No es posible que el nueve de Boca no pueda girar y sacarse una marca, que no tenga movimientos que distraiga al adversario, y que, “fundamentalísimamente”, las que tiene para convertir no las tire a la calle. Eso es básico; hasta diría que es imperdonable. Por eso, más temprano que tarde, el pibe Bou va a terminar siendo titular, a cambio de un tipo que el único peso que hoy tiene es el de los cinco palos verdes que el club pagó por él.
Boca lo dominó pero no fue prolijo de tres cuartos en adelante. Porque, da la sensación, que algunos jugadores creyeron que lo hecho ante Belgrano ya bastó, que no hay más que hacer. Y todos tienen que seguir aprendiendo. Todos. Pavón es uno de éstos que deberá corregir su juego. Esto es entre todos, no es tenis.
Los costados con los laterales de alguna manera funcionaron. Bueno, en ese sentido Peruzzi fue el autor del gol y un aplauso mayor para Pablo Pérez que, siendo doble cinco, termina metiendo el centro a metros de Gino para el gol de Boca.
Y fue una diferencia justa, que pudo haber sido ampliada si en vez de Benedetto, Boca hubiera comprado a Wanchope… Incomprobable, pero quería decirlo.
En defensa, tenemos que decir la verdad, salvo la macana entre Vergini y Cubas, el resto no pasó mayores problemas y si bien Sara sacó una pelota espectacular, habrá que tener en cuenta que el rival juega también y alguna situación te va a generar. Fueron dos, una fue gol.
Ahora, el fútbol sigue siendo esta dinámica de lo impensado. Y si concluimos que esto es real, tenemos que coincidir que cualquier táctica o fundamento futbolístico, tiene que tener la elasticidad suficiente como para lograr el objetivo, que es ganar.
Ganar es lo que se busca. Ganar con tus ideas y con tus elementos. Pero ganar. Y si ves que para ganar tenés que romper un poco con tu esquema, rompelo, papá. Con el poco tiempo que Godoy Cruz tenía para encontrar el empate, se imponía otra cosa. Basta con el 4-2-3-1, armá dos líneas de cuatro, dejá dos delanteros para entretener a los defensores y que sea el rival el que se tenga que romper el lomo para llegar al empate. No se lo regales vos. No vayas desesperadamente con seis jugadores en ataque y con los centrales a 60 metros, porque cualquier pelota perdida que capture el rival, te va a complicar. ¿Cuál es la necesidad?
Me cuesta criticar a Guillermo por todo su pasado y su historia. Porque es uno de los ídolos de Boca. Pero evidentemente hay decisiones que van más de la mano del capricho que del análisis del juego. Como que no hay un plan B; como que la salida de Tevez hubiera sucumbido al cuerpo técnico en las tinieblas. Que no supieron leer un partido, una situación… ¿Cuánto costaba armar un mediocampo con 4 volantes?
Y, paradójicamente, los dos que quedaron afuera del banco: Sebastián Pérez y Barrios, eran dos que si estaban en el banco tendría que haber ingresado. Por lo menos uno: Barrios, para armar un medio con tres de marca y que sea el local el que tenga que resolver ese problema.
Pero Boca le facilitó los caminos a Godoy. Le dejó los espacios y le dejó la posibilidad del contragolpe, que fue lo que buscó durante todo el encuentro.
Y se lo dimos, se lo regalamos, y seguimos rifando puntos. Ahora estamos a cinco de la punta, cuando tranquilamente podríamos haber quedado a tres. Son pocas unidades, dirán, pero con el correr del campeonato, esos porotos perdidos se van a duplicar o triplicar, y cada partido que pase vamos a estar cada vez más obligados.
En fin… Repito un tuit que puse tras el partido, tal vez Boca necesite un técnico que sepa más por viejo que por pícaro.
Por Marcelo Rodríguez* para el blog Corazón y pases cortos (Siempre Boca)
* Marcelo Rodríguez es periodista acreditado en Boca desde hace más de 20 años. Trabaja en el diario Crónica, escribe en Don Balón y fue uno de los puntales de Informe Xeneize. También trabajó en El Cronista Comercial, La Razón y Diario Popular. Y además en la inolvidable Asi es Boca.
“Con alma y corazón, el fenómeno Boca-Bianchi”
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