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Murió Cacho Laudonio

El “Loco Banderita” que anunciaba y le daba color a la salida de Boca

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Oscar "Cacho" Laudonio, el "Loco Banderita" que anunciaba la salida de Boca ante cada presentación del equipo en La Bombonera, falleció este lunes a los 84 años tras contagiarse de coronavirus.

Fue dueño de un privilegio: durante más de dos décadas fue el encargado de darle color y aviso a la salida de Boca al campo de juego. Parado a la salida del túnel, Cacho era quien avisaba a la Bombonera que el equipo estaba listo para saltar a la cancha. Así, se inmortalizó en miles de imágenes, de cientos de posters y abrazó a todos los ídolos del club desde 1985, cuando entró al club a trabajar en utilería.

Cacho, que contrajo la enfermedad a principios de enero, llevaba 55 años de casado, tenía tres hijos y era hermano Abel Laudonio, un reconocido boxeador que fue medallista olímpico en Roma 1960.

En Boca comenzó trabajando como seguridad en las boleterías. Luego, siempre de cerca por su amor en azul y amarillo, pasó al cuidar un tesoro preciado para la época: las camisetas de los jugadores. En 1991 se sumó a la utilería del primer equipo y con su personalidad histriónica fue transformándose en un personaje querido por todos.

Al poco tiempo se metió en la cancha, como un hincha más, pero con un rol clave: su ADN murguero lo llevó a lucir un traje que se hizo famoso por su colorido y con una bandera en la que agrupó imágenes icónicas de personajes del club y del país. Desde Perón a Maradona, pasando por Palermo, Riquelme, Tevez o Del Potro. En el universo de Laudonio todos eran amigos suyos y de Boca. Al tiempo, las fotos de su bandera se trasladó a un mural en el buffet de la Bombonerita.

Laudonio solo estuvo afuera de las canchas durante meses por un episodio violento en 2005, cuando tras un cruce contra Chivas de Guadalajara, le pegó al mexicano Bofo Bautista. Fueron los meses más largos de espera para él, quien en la Bombonera se jactaba de tener el poder de levantar a los hinchas mucho antes que los jugadores.

De pasado como boxeador en los clubes de Parque Chas, de físico implacable, Laudonio se apoderaba de la escena de la Bombonera. Su tarea no estaba solo en la entrada del equipo. También hablaba con los alcanzapelotas, tenía códigos con los técnicos de turno y alcanzaba con una seña para ordenarle a los pibes sobre la velocidad para retornar el juego. Se movía por todos lados. Acomodaba las botellitas de agua de los arqueros y más de una vez terminó hidratando a los hinchas en las tribunas bajas en jornadas de calor.

En los últimos años, por su edad, Laudonio trabajaba en la utilería de la Reserva y convivía en el día a día con los chicos de las Inferiores. Pero nunca negoció algo: la Bombonera. Apenas si faltó un par de juegos por un confuso episodio por la falta de un celular que llevó hasta Barros Schelotto a pedir por él por confiar en su palabra. Hubo un clamor de los hinchas pidiendo por él. Clarin

Hasta siempre, querido Cacho...Boca Juniors despide con afecto a Oscar Laudonio, colaborador y un personaje entrañable de la vida de Boca, y acompaña a sus familiares y amigos en este triste momento.

Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus...
La famosa balada de Ferrer y Piazzolla suena justa para despedir a Oscar Armando Laudonio (1936-2021), uno de los tantos millones que se contagiaron de esta locura que es Boca y la hicieron propia.

Como un acróbata demente saltaré...
Colaborador todoterreno del club, Cacho ayudaba en la utilería, animaba las peñas del Interior y daba vueltas en el aire, ágil y fuerte como en sus tiempos mozos de boxeador, para anunciarle a la hinchada que el equipo estaba por salir, que era hora de alentar más fuerte.

Quereme así piantao, piantao, piantao... Trepate a esta ternura de locos que hay en mí...
Laudonio acompañó al equipo de local y visitante durante más de tres décadas, recorrió canchas de acá a Japón y en todos lados enarboló con orgullo la bandera, la suya, la nuestra.

Abrite los amores que vamos a intentar la mágica locura total de revivir...

Dale, Cacho, no te hagas el loco justo vos. Mirá que pronto volverá a estar llena la Bombonera y tenés que estar ahí, como siempre, pegadito al túnel, para avisarnos que ya podemos tirar los papelitos. C.A.B.J.



 

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