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Una bomba de tiempo

Prueba de fuego para Angelici y cia

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Se vive una situación desagradable en el seno del plantel. Nada más y nada menos que por los premios que Boca les debe a los campeones.
Pero  ¿fueron las desprolijidades y/o imbecilidades de Ameal y cia las que dejaron un despelote latente? ¿O sencillamente el alma del cartonero sobrevuela la Boca nuevamente?.
Veamos: Dice la nota de Ole que fue un pacto nunca firmado entre Ameal y el capitán de Boca Juan Román Riquelme a repartir 1.000.000 de verdes y 5000 pesos por partido ganado a cada uno. La resolución es sencilla porque con un llamado tanto a Ameal como a Riquelme y una consulta se resuelve la situación para saber si el acuerdo existió o no…Esperemos que la prueba de fuego en cuanto a la muñeca negociadora de Angelici no haga estallar la buena relación patronal/trabajadores que tendría consecuencias impredecibles. Testigos sobran la comisión directiva es prácticamente la misma que la termino su mandato el 14 de diciembre.

Les dejamos la Nota de Olé de hoy y otra de Página 12 contándonos lo que paso en el 2001, relatando un conflicto similar y que hizo estallar aquel gran plantel campeón y dejo heridas irreparables.


OLÉ, 24/12/2011

Ameal acordó un premio de más de un palo verde con Román, nunca se firmó y le dejó un lindo regalito a Angelici. Nace un problema.
Papá Noel puede entrar por la chimenea y si en tu casa no hay, de alguna forma se las va a ingeniar para dejar los regalos junto al arbolito. Boca ya tiene de antemano un campeonato, una vuelta olímpica después de tres años, y tal vez no haya nada mejor. Pero cuando la fecha festiva está bien encima, apareció otro lindo regalito para la nueva dirigencia. Y alguien tiene que hacerse cargo de la herencia que puede generar conflicto: una promesa nunca firmada de un palo verde por el título. ¿Y ahora? Era otro momento, otra realidad. A mediados de año, entre la pretemporada en Brasil y la gira por Europa, sólo había una ilusión de campeonato. Y ahí, cuando esa posibilidad aún estaba muy lejana, el presidente Jorge Ameal acordó con Riquelme, flamante capitán, los premios en caso de salir campeón: 1.000.000 de dólares y 5.000 pesos por jugador por cada partido ganado. Los montos fijados superaban el acuerdo anterior, firmados de puño y letra por el mismo Ameal y arreglados con Palermo, el anterior dueño del brazalete.
Las fechas pasaron, Boca nunca perdió, la punta cada vez fue más suya, los jugadores hasta se animaron a pedirle a Falcioni una camioneta como premio extra y un buen día se dio la vuelta olímpica. Enseguida, con el hecho consumado, se hizo la entrega del coche, aportado por uno de los sponsors en vez de haber salido de los fondos del entrenador. Pero el premio extra, en definitiva, se hizo realidad. El acto lo encabezó el propio DT con Ameal y Beraldi. Todavía faltaba el premio mayor...
Las elecciones también pasaron, Boca celebró el título ante All Boys y Ameal le entregó el sillón a Angelici. ¿Quién paga el premio? ¿Corresponde pagar un premio que no fue aprobado y firmado por las autoridades? Del lado del nuevo presidente dicen que no hay dinero para pagar semejante cifra y que, según consta en los papeles, el único acuerdo vigente viene desde el 2009, de los tiempos del Titán. Y es por unas monedas menos, por U$s 600.000 y $ 3.000 respectivamente. ¡Ay! La diferencia entre lo escrito y lo hablado es el problema. El primero con el que se encuentra la nueva dirigencia. Nada peor que arribar al club y sufrir un cortocircuito con el plantel campeón. Con el bolsillo del plantel campeón. La gente de Angelici, en medio de este inconveniente, tiene previsto reunirse próximamente con Riquelme, por ser el capitán y también por este tema. Se verá cómo sigue...

Otro regalo en el arbolito es el nuevo vínculo de Diego Rivero. Tenían que reunirse el miércoles y al final lo hicieron el jueves. Pero, como había un acuerdo no escrito de una comisión para un intermediario (135.000 dólares) y los nuevos dirigentes lo desconocen, el Burrito dejó la reunión sin firmar. Pero ésas son monedas en la comparación: el gordo de Navidad es el otro. Y no justamente un premio para la CD...
OLÉ: http://www.ole.com.ar/boca-juniors/futbol/camioneta_0_614938531.html


Pagina 12,  Junio del 2001

Después de clasificarse finalistas de la Libertadores, el plantel le pegó duro a la dirigencia, anticipando el final de un ciclo. “No podemos tolerar esto” aseguró el presidente Mauricio Macri.
La tenían jurada y no la dejaron pasar. Luego de que el tesorero Orlando Salvestrini los mandara al psicólogo y dijera que los jugadores tenían miedo al fracaso en Brasil, el plantel de Boca tuvo su ácida venganza en los festejos tras la clasificación para la final de la Copa Libertadores. Claro que la dureza con que se refirieron a los dirigentes, en especial a Salvestrini, lleva a pensar que el exitoso ciclo de Carlos Bianchi y estos futbolistas está cada vez más cerca del final. Cantos agresivos, insultos y remeras con inscripciones alusivas ante las cámaras fue la manera que encontraron los jugadores para dedicar la victoria a quienes, según ellos, preferían que el equipo perdiera. Ante ese panorama, el presidente Mauricio Macri afirmó que está muy triste con el comportamiento de los futbolistas y aseguró que en los próximos días hablará con ellos.
Apenas unos minutos después de la definición por penales, los periodistas tuvieron acceso al vestuario de Boca. Y allí todos los integrantes del plantel descargaron su bronca. Desde los máximos referentes como Mauricio Serna y Jorge Bermúdez, hasta los más chicos que ni siquiera jugaron un minuto, como Julio Marchant o Clemente Rodríguez, cantaron contra los dirigentes. “Salvestrini botón/vos sos hincha de River/la p... madre que te parió”, “Boca va salir campeón/el día que se vayan todos/los hijos de p... de la comisión” o “paguen los premios, la p... que los parió...”, se convirtieron en los hits que entonaron los futbolistas. Todos vestidos con remeras blancas especialmente armadas para la ocasión: “Salvestrini al psicólogo”, “Salvestrini, cerrá el o...”, “paguen y cállense”, fueron algunas de las leyendas pintadas con marcador que se pudieron leer en las camisetas.
Incluso los jugadores la siguieron con sus declaraciones. “Este es un triunfo de la bronca. Por eso se festeja más que la Libertadores del año pasado”, comentó el arquero Oscar Córdoba, héroe en la definición por penales. “Nos vamos a tener que ir todos y van a tener que salir a comprar veinte jugadores, como cuando estuvo Bilardo”, remarcó el capitán Jorge Bermúdez, que además se quejó sobre el tratamiento que hicieron los dirigentes del tema. “Ellos no dicen que hace más de tres semanas se venía conversando sobre los premios, sin que nadie se enterara. No pueden decir que es algo nuevo”, dijo el colombiano.
Ante semejante reacción, los dirigentes boquenses tomaron posturas diferentes. Mientras el presidente Macri anunció que no permitirá más ese comportamiento, el vice primero Pedro Pompilio prefirió ponerle paños fríos a la situación. “Como hincha de Boca estoy muy contento –aseguró Macri– pero como presidente estoy muy triste. Acá costó mucho tiempo lograr una coherencia, un respeto y una seriedad, por lo que no podemos tolerar esas declaraciones cruzadas de un lado y del otro. Voy a hablar con los jugadores para que no se vuelva a repetir.” En cambio, Pompilio señaló que “hay que disfrutar del triunfo y luego charlar en la intimidad para solucionar todo”.
Ya en Buenos Aires los futbolistas se tomaron con mucho humor la situación vivida en el Parque Antártica. “Y, parece que se va a venir una purga”, comentó Córdoba con sonrisas. Si bien el tono fue más mesurado, la bronca seguía siendo la misma, aunque canalizada con ironías hacia dirigentes. Habrá que ver qué sucede. La fractura parece inevitable, aunque la gran incógnita para las autoridades es saber si están dispuestas a pagar el costo político que significaría limpiar a un plantel superexitoso.

Salvestrini lo celebró

Mientras el equipo se jugaba en San Pablo su pasaje a la final en el Parque Antártica, la mayoría de los dirigentes de Boca se reunió en el salón La Pampa del hotel Sheraton para observar el encuentro, tal como había sucedido en otras ocasiones. En uno de los lugares privilegiados se sentó el tesorero Orlando Salvestrini, el hombre más cuestionado por los jugadores, que vio el encuentro junto a su hijo y el vice Pedro Pompilio. Con un gran habano (de la suerte, según aclaró), el hombre fuerte de Socma, que alguna vez dijo que no pagaría una entrada para ver a Juan Román Riquelme, celebró el segundo gol de Boca imitando al volante en su ya clásico festejo a lo Topo Gigio. Luego de la definición aseguró que estaba muy feliz por el triunfo, ya que antes que dirigente es hincha de Boca. A su lado, su hijo también celebraba el pase a la final con una camiseta, casualmente, de Juan Román Riquelme.

Serna siguió pegando

Mauricio Serna es uno de los jugadores que encabeza la rebelión por los premios en Boca. El volante fue el más vehemente en las críticas a los dirigentes antes del partido y tras la victoria siguió con la misma tónica, ya que le dedicó con ironía la clasificación. “A pesar del tremendo cortocircuito que existe entre los directivos y los jugadores y el cuerpo técnico, Boca volvió a decir presente, a salir adelante y le dedicamos el triunfo a esas personas, que siendo de Boca parecen más de River”, señaló el volante a la privada radio Caracol de Bogotá. Sobre las sensaciones por el triunfo, Serna remarcó: “Estamos muy emocionados por lo que fue el resultado final. Esto todavía no terminó y quizá falta el peldaño más difícil de escalar. Pero por los hinchas, que en todo momento nos han apoyado, y nuestras familias vamos a luchar para ganarnos el viaje a Tokio”, indicó el mediocampista colombiano.

“Este equipo es solidario”

Carlos Bianchi se negó a hablar, tras el partido, del conflicto entre los jugadores y los dirigentes de Boca, pero respaldó al plantel, al que calificó de “verdaderamente solidario”, y elogió a Juan Román Riquelme, la figura del partido contra el Palmeiras. Esta es una síntesis de sus declaraciones tras del encuentro:
“El equipo campeón del 2000, para la opinión general, era más fuerte que éste. Pero no hay que olvidarse de que este año, de seis partidos como visitante, ganó cuatro y empató uno. Perdió uno cuando no jugó con el equipo normal, digamos, cuando ya estaba clasificado. Entonces, atención: este grupo es el que hace fuerte a este equipo”.
“Cuando llega el momento adecuado, el plantel dice presente y es porque tiene una notable fuerza moral que lo sostiene. Este equipo tiene un verdadero sentido de la solidaridad”.
“Yo quiero quedarme hasta el 31 de diciembre. En ningún momento se me cruzó por la cabeza, para nada. A mí, en ningún momento se me cruzó por la cabeza irme de Boca”.
“Riquelme sigue demostrando todo lo que sabe. Hizo un muy buen partido y un golazo. Tiene margen para seguir mejorando, un jugador de 22 años no se puede limitar con lo que hizo”.
“Hice entrar a Delgado cuando vi que tenía la obligación de hacerlo, porque nos estábamos jugando la clasificación. El doctor me había asegurado que podía jugar 60 o 70 minutos”.


PAGINA 12: http://www.pagina12.com.ar/2001/01-06/01-06-15/pag23.htm