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Predio de Ezeiza, costos y beneficios

Por Leandro Valdés @leandrovaldes12

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Si hay algo que no tengo dudas es que el predio de Ezeiza quedará buenísimo. La varias veces millonaria inversión, el tamaño del terreno y las pilas que la dirigencia le pone a ese proyecto me permite imaginar que todo culminará con un predio amplio, de trascendencia e importancia. Además, hay otra cosa que tengo clara: cuando no se dan los resultados prometidos desde la plataforma misma, para mantener el poder al socio hay que ofrecerle obras. Ezeiza es entonces la apuesta de la Comisión Directiva. Ojalá las divisiones inferiores de Boca puedan prontamente disfrutar de un predio que se presupone de excelencia. 

Lo que no tengo muy en claro es si resultaba verdaderamente necesario hacer tamañas obras, siquiera tengo opinión sobre el lugar elegido. Como primera medida, Boca posee excelentes y modernas canchas de entrenamiento en la zona conocida como Casa Amarilla, frente a la mismísima Bombonera, donde los potenciales futuros jugadores de Boca se acuestan y se despiertan mirando ese imponente e inigualable Estadio. Eso no tiene valor económico propiamente dicho sino todo lo contrario, es 100% simbólico: los chicos crecen pegado a los jugadores profesionales, entrenan al lado de ellos, los miran, aprenden, sueñan, imaginan, los pueden tocar y escuchar casi diariamente. Además, hay varias parcelas que el club puede adquirir (donde se hubiera hecho el nuevo estadio) y ampliar los terrenos para juveniles. No tengo dudas que eso es muy favorable para el club y principalmente para el crecimiento y formación de los chicos. Por otro lado, mi otra duda es respecto al predio elegido. Es que a Boca Juniors el Estado Nacional le había concedido un predio en una zona cercana al elegido (desconozco si el que explotará Boca lo obtuvo por vía de un comodato, en locación, en préstamo ni los cargos o costos que ha asumido por ello, etc. para, cuanto menos, lograr la tenencia de los lotes e iniciar las obras aludidas). La ventaja del predio que no se usará con el otro predio es notoria: está sobre la autopista, es decir, es de más fácil y mejor acceso para todo (carreteras e incluso los servicios). Y hasta ya se había diseñado un proyecto con similares características pero con una diferencia capital: el proyecto de Jorge Amor Ameal incluía la participación, acceso y uso adicional para el socio, no sólo a favor de las divisiones menores. Siempre es bueno que el socio de Boca lleve adelante sus tareas recreativas, familiares y demás donde abunden los escudos en azul y oro. Integrarlos a esta hermosa familia xeneize, no alejarlos. Por último, nada puedo opinar sobre el suelo y/o la posible contaminación en las napas subterráneas o el relleno de los mismos, no es mi materia. Los expertos en impacto ambiental, daños, potabilización de aguas y demás sabrán cuál de los predios ofrece mejores condiciones y seguridad sobre esos asuntos. Si allí era inviable, la discusión sobre predios quedará zanjada por cuestiones técnicas.
 
Párrafo aparte merece el abrupto cambio de rumbo asumido por la actual CD: a meses de iniciada la gestión, las inferiores de Boca Juniors se mudaron a La Candela, debiendo Boca abonar un importante y dolarizado cachet mensual por un predio que había vendido años antes. El proyecto de Coqui Raffo incluía que Boca, el Rey de Copas Mundial, entrenaría en todas sus divisiones inferiores imitando el juego asociado del Barcelona. Boca también pagó para copiar y usar ese know how de la Masía. Mientras tanto se daban varias paradojas: Julio César Falcioni era el DT de la primera división; el Club Culé quería construir un estadio similar a nuestra Bombonera; y se decía que Boca quería prescindir de la misma para también construir un nuevo estadio. Hoy ese contrato –el cual poca o poquísima gente conoce, que fuera pedido por varios socios pero no habría sido exhibido- habría quedado sin efecto. Este cambio de rumbo se presenta como un beneficio al club, en el que supuestamente 38 jugadores del Barcelona (siempre hablamos de supuestos, reitero) pasarían a las divisiones menores de Boca a cambio de la cesión de un porcentaje de sus fichas. No tenemos certeza alguna de todo esto: sólo que lo que fuera presentado como algo inmejorable (el contrato con Barcelona) hoy no corre más. Si hubo que pagar suma alguna por la rescisión o lo que fuere, tampoco lo sabemos. Y menos sabemos cuántos chicos dejaron el club para que ingresen “los chicos del Barcelona”. Eso sí, Monteserín hoy juega en Lanús, por citar un caso y podemos afirmar que ambas ideas (mudarse a La Candela y ahora a Ezeiza) fueron ideadas y aprobadas por la misma gente, por la misma asamblea, con sólo dos años de diferencia.
 
Sigamos: este megaproyecto generó un perjuicio adicional. A mi modo de ver, gravísimo. Es más: generó algo lamentable y repudiable: la agresión de socios de Boca para con otros socios de Boca concluida la asamblea. Es que para avanzar y asumir las obras (sumado a la inmediatez con la que pretenden avanzar, buscando efectos eleccionarios), Boca ya se privó de explotar la historia de nuestra amada institución. Otra vez lo simbólico cede. Boca concesiona su Museo a tres empresas: el anterior concesionario, TyC Sports y Santa Mónica, lo hace por diez años y los principales ingresos se cobran anticipadamente. Boca está desfinanciando parte de sus genuinos ingresos para los próximos dos mandatos y lo que considero y más arriba tildé de gravísimo: la historia del club seguirá manejada por una especie de UTE cuyo único objetivo es ganar plata. Ya vimos fotos de una Copa Sudamericana tirada en el suelo cuando el dinero se prioriza por sobre la historia.
 
Seguimos con lo simbólico, con la lesión a la identidad y los valores sagrados que hicieron y hacen a Boca de un fenómeno popular único e inigualable. Camisetas rosas o violetas no hacen más que ratificar estos errores con los que deberemos convivir y lidiar años y años quiénes amamos nuestro club: el “te vestiste de rosa o violeta” duele y dolerá, es una mancha gratuita a nuestros colores.
 
Cuándo la concesión de la historia del club parecía ser el último golpe motivado en la imperiosa necesidad de presentar rápidamente las obras –se insiste con el concepto: celeridad en su culminación-, uno de esos tantos rumores que circulan terminó siendo cierto. Boca se endeudará para seguir con esas obras, seguirá comprometiendo el patrimonio del club por un préstamo que seguramente deberá afrontar una futura dirigencia. En la nota que ayer le hicimos en Soy Boca Radio al Sr. Moscariello, vicepresidente de Boca Juniors, éste nos aclaró algunos puntos. El crédito en el Banco de la Ciudad es un hecho, y señaló que “la administración está a cargo nuestro y como el proyecto fue aprobado por asamblea, estamos buscando alguna sociedad para no tener sobresaltos financieros”. No sabía Moscariello como sería el crédito, lo están evaluando desde los plazos a la tasa de interés y agregó el vicepresidente de Boca: “no queremos sacrificar ninguno de los chicos del plantel”. Esperemos conocer un poco más de este préstamo en un futuro cercano, como socios deberíamos tenerlo en cuenta. Independiente vendió a varios jugadores para poder construir un nuevo estadio que no aún no completó y hasta descendió.  
 
Y cuándo hablamos de una futura comisiones directivas, yo no me olvido que desde la recientemente aprobada Fundación Boca Social se había derogado una cláusula transitoria (la que determinaba que los cargos en dicha Fundación eran comunes a los del Club Atlético Boca Juniors). Dicha modificación estatutaria hubiera implicado que los Sres. Angelici, Aguas, Moscariello y Pagani ocupen cargos directivos en la Fundación hasta entrado el año 2018, es decir, dos años y pico después de concluido el mandato en Boca Juniors, administrando –para fines sociales y benéficos- un patrimonio paralelo al club, creado por el club e inicialmente sostenido por el Club, que encima cuenta con sede social en Brandsen 805. 
 
Podemos decir entonces que -por suerte- no vendrán los petrodólares qataríes para hacer un nuevo estadio, pues abonar esos millones de dólares hubieran costado varios dolores de cabeza que mejor ni imaginarlos.
 
Ezeiza entonces implica una mudanza en todo sentido. No sólo geográfica sino que es además alejarse de nuestras raíces e idiosincrasia, y algo peor, tener el aeropuerto cerca como posible destino de los chicos, y no al Templo Sagrado como uno desea. Boca debe formar jugadores para que jueguen en Boca, no para venderlos. Esa es la segunda etapa, no la primera.
 
Y encima parece ser una obra más costosa de lo inicialmente pensado: partidas presupuestarias ad hoc, concesión con cobro anticipado del Museo, préstamo bancario y demás mientras que en La Bombonera se vio un caño roto, luces apagadas y un deterioro llamativo. Ni hablar de inundaciones por falta de obras para mejorar el drenaje.
 
No basta entonces con mirar la foto del predio cuando esté concluído –ojalá sea pronto y sea del nivel que uno supone atento los esfuerzos del club para lograr ese objetivo-. No todo fin justifica los medios. En resumidas cuentas, los socios e hinchas de Boca debemos analizar y evaluar seriamente los costos y beneficios de Ezeiza. Espero haber colaborado para ello.
 
Por Leandro Valdés @leandrovaldes12

*Leandro Valdés es abogado, periodista y escritor. Hace poco publicó el libro  "Los verdaderos mellizos de la Boca" de editorial Corregidor.