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El Increible blue

Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago

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Está claro que la inmensa mayoría de los hinchas de Boca queremos que Tevez se calce la Azul y Oro nuevamente.

¿Pero a que costo?


Ayer en una reunión política Xeneize muy interesante, se comentaba que se habla de un salario de 3.000.000 de dólares por año, más que merecido para el jugador del pueblo, pero a toda luz bastante difícil de pagar para Boca. Y además la cola que va a tener que recibir Angelici de jugadores que verán afectado su ego y que reclamaran un ajuste automático de sus haberes. Y eso sin contar que Boca cede a Guido Vadalá, una de las pocas joyas que le quedan al club con real proyección internacional.  Y un dinero que rondaría los 5.000.000 mas alguna que otra prioridad por otros jugadores.

No tenemos duda que con este gran golpe de efecto, Boca queda bien posicionado para conseguir otra estrella. Sin embargo nos preguntamos si es legítimo que se use el patrimonio del club para financiar una campaña política en Boca y a nivel nacional del partido que ha tomado como propio a nuestro Boca Juniors.

Negocios son negocios dicen los libros, pero hagan uno para Boca che, que se nota…

Les dejamos una nota/reflexión de Facundo Martínez para Pagina12 para matizar la mañana mientras soñamos con los goles de Tevez, que ya van a venir...


Angelici, el que borra con el codo...

La economía argentina ha mejorado notablemente en los últimos años. Tanto que para el presidente de Boca, Daniel Angelici, la repatriación de Carlos Tevez tras once años en el exterior resulta ahora un buen negocio, más allá de que el club deberá desembolsar unos cinco millones de euros para Juventus más el préstamo por dos años del juvenil Guido Vadalá por la ficha del delantero estrella del Calcio, al que además deberá ofrecerle un contrato por tres temporadas, contrato que por obvias razones deberá ser oneroso. Lo curioso de todo esto, más allá de la alegre noticia para el mundo xeneize en particular y también para el resto del fútbol argentino, es que hace poco menos de cinco años atrás firmar un contrato de estas características, e incluso menor, parecía un sacrilegio que muy pocos estaban dispuestos a asumir. Y Angelici no se encontraba en esa lista, al contrario. Fue un férreo opositor a esa idea.

A finales de agosto de 2010, el entonces tesorero de Boca presentó su renuncia al cargo cuando, siguiendo directivas de su mentor en el club, el actual jefe de Gobierno, Mauricio Macri, se negaba a firmar la renovación del contrato de Juan Román Riquelme argumentando que su tesorería no podía pagar las pretensiones del máximo ídolo de la historia boquense. “El club está por encima de los ídolos, dirigentes y entrenadores”, argumentaba Angelici, y alertaba que el nuevo vínculo por firmar podía “dañar seriamente” al club en el caso de que Boca no consiguiera vender futbolistas para hacer frente al desembolso en dólares. “En la comisión a veces se confunde la pasión del hincha con el hecho de ser directivo”, esgrimía el renunciante. “Como tesorero sé cuando un contrato es oneroso o lastima al club”, redoblaba. En la siguiente renovación de Riquelme, por las exigencias del jugador respecto de qué dolar tomar como referencia, el oficial o el blue, también presentó su renuncia el tesorero Jorge Sánchez Córdova. Esa ya es otra historia.

En fin, además del dinero, Angelici se oponía a que se le ofreciera al enganche un contrato por “cuatro años”, que terminó siendo por dos. Entonces Riquelme tenía 32 años, uno menos de los que cuenta ahora Carlitos Tevez, a quien se le ofrecerá un vínculo por tres temporadas. Está claro que para Angelici, Tevez resulta más valioso para Boca que Riquelme, siempre díscolo y rebelde al ordenamiento del macrismo dentro del club. Y está claro también que, en un año elctoral como el que atraviesa el club –y desde ya el país–, a Angelici le resulta algo así una gran zoncera ahorrar en gastos para marketing político. Y que no le parece tan mala la idea de, antes que perderlo todo, borrar con el codo lo que se firma con la mano.

Por Facundo Martínez para Pagina12


Les dejamos otra nota al tono, esta vez de Alejandro Caravario para ESPN.com
 
Un gesto político. Angelici apostó por Tevez para mejorar su imagen de cara a las elecciones.

Todo empezó con un coqueteo de Tevez desde la lejana Italia, donde, para variar, se convirtió rápido en ídolo gracias a su impronta ganadora.

Angelici logró un refuerzo que lo pone en carrera de nuevo

Exitoso, rico y con un jugoso contrato por delante, Carlitos deslizaba su intención de regresar a Boca. Sonaba extraño, inverosímil.

Sin embargo, sucedió. Juventus acaba de confirmar que llegó a un arreglo con Boca para liberar al futbolista, quien el mes que viene ya lucirá de nuevo la camiseta del equipo del que siempre fue hincha.

Se ve que, incluso fuera de las novelas y el cine, la vuelta al barrio es un tópico fuerte en la vida de las almas itinerantes.

Tevez ganará fortunas en Boca, claro. De lo contrario, se ahorraría el viaje. Pero en Italia o en cualquiera plaza de baja exigencia dentro de Europa cobraría mucho más.

La repatriación del Apache es la última apuesta del presidente Daniel Angelici para seducir al electorado que deberá expresarse a fin de año.

Con una gestión pobre en logros deportivos (sólo una Copa Argentina en 2012), el gobierno de Angelici depositó sus expectativas en la presente temporada, para la que reforzó el plantel según los pedidos del técnico.

La Copa Libertadores brillaba en el horizonte como la gran zanahoria. Pero el papelón del gas pimienta, que para colmo reveló la relación amigable de la dirigencia y los pesados de la tribuna, apartó a Boca de la competencia. Temprano y nada menos que frente a River.

El delfín de Mauricio Macri, deseoso de levantar la puntería en vista de la votación de diciembre, encontró en Tevez, uno de los fetiches históricos de la hinchada, la tabla de salvación.

Entonces habrá presentación a gran escala, en la Bombonera, además de un persistente ruido publicitario. Tevez es casi lo único que tiene Angelici para ofrecerles a los socios.

Por eso viajó personalmente a Italia para forzar el acuerdo y pulir los detalles. Por eso entregó a Vadalá como parte de la operación y cedió la prioridad a Juventus sobre otros dos juveniles.

Por lo demás, el resarcimiento al club italiano, con el que Tevez firmó un vínculo hasta 2016, ronda, según las distintas apreciaciones ventiladas por los diarios, entre tres y cinco millones de euros.

Dentro de los volúmenes demenciales de dinero que circulan alegremente en el fútbol, no parece una fortuna. Se trata de una estrella. Pero si sumamos a estas erogaciones el contrato del crack, la sangría se torna de cuidado para una economía –la de Boca– que discurre en pesos.

Alguna vez, el propio Angelici juzgó astronómico e inaceptable el salario que se le iba a pagar a Riquelme. Por entonces era tesorero y aquel gesto significó la enemistad de por vida con el futbolista más popular en la historia del club.

Se ve que aprendió la lección y ahora no escatima la chequera. Supone que el efecto político de semejante movida justifica la inversión.

Atento a lo que considera un despilfarro, el abogado Gregorio Dalbón, querellante por los hechos de violencia ocurridos en la Bombonera el 14 de mayo, gestiona una medida judicial para frenar la operación.

Dalbón argumenta que Boca (o Angelici, es lo mismo) debe pagar primero la multa a la Conmebol e indemnizar tanto a los plateístas que no pudieron utilizar su butaca por la suspensión del estadio como a cada uno de los presentes aquella noche de Copa “por haber sido expuesta su seguridad”.

Se descuenta que, cebado como está con su reciente conquista en el mercado de pases, el presidente de Boca negociará con quien cuadre para que Tevez aterrice sin rasguños en su hogar futbolístico luego de once años de ausencia.

Por Alejandro Caravario para ESPN.com